Juventud, divino tesoro... musical

XXXII Semana Música Religiosa, Avilés. 30/03/09. Foto de Pablo Siana móvil
Lunes 30 de marzo de 2009. 20:00 horas. Iglesia de Santo Tomás de Cantorbery (Sto. Tomás de Sabugo o también La nueva de Sabugo), Avilés.
Concierto inaugural de la Trigésimo segunda Semana de Música Religiosa de Avilés. Con 15 minutos de retraso (había misa antes) y otra pseudohomilía del párroco para presentar el evento y recordar la campaña de recaudación -dinero, claro- para el órgano (ya en construcción y del que se adeudan 170.000 €) así como el agradecimiento al alma mater de esta semana musical, Chema Martínez, en un templo a rebosar como se pude adivinar en las fotos que ilustran los comentarios (y en sepia para "compensar" la distancia, mala calidad e incluso darle cierto "toque cuaresmal"), ocupando incluso pasillos, con los micrófonos de RNE2 grabando el concierto, tuve la suerte de asistir a la demostración palpable de que la juventud pisa fuerte, sobre todo en el terreno musical asturiano, y el programa de hoy no era precisamente fácil.
El Concierto "In Memoriam" de Tomás Medina (presidente que fue de la Orquesta Julián Orbón) arrancó con el «Concierto en la mayor para dos flautas» de Vivaldi con Claudia Fernández y Virginia Suárez de flautas solistas que tocaron como profesionales, bien empastadas y una orquesta con el tempo barroco preciso. La selección de la Serenata «Haffner» K. 250 en Re Mayor de Mozart nos mostró la calidad en una orquesta de alumnos (algo reforzada) con una sonoridad clásica, dinámicas muy logradas y afinación digna de elogio.
Continuó la música del genio de Salzburgo con el Adagio de su famoso Concierto para clarinete en Re Mayor K. 622, popularizado por escucharse en la película homónima del libro de la danesa Isak Dinesen Memorias de África (1985) de Sidney Pollack y banda sonora original de John Barry (que le valió ese Oscar de 1985). La solista Patricia Martín González, pese a una "caña traicionera" capeó con solvencia una obra difícil precisamente por lo lenta, con notas largas que tuvieron expresión, lirismo y un fraseo digno de Matrícula de Honor. De nuevo la orquesta dialogó perfectamente con la solista, en total empatía con director y clarinete. Qué maravilla la juventud.
Pero quedaba el "grosso" del concierto, las obras de encargo de la propia Semana In Memoriam de Tomás Medina. Con la Coral Polifónica de Avilés (que dirige Isabel Baigorri), el Coro de Voces Blancas del Conservatorio de Gijón (dirigido por Sara Elorza) y la Orquesta con José Mª Martínez al frente arrancó la «Oración para coro y orquesta» de la ovetense afincada en Madrid Raquel Rodríguez (1980), joven compositora que ya ha ganado el II Concurso de Composición “Evaristo Fernández Blanco” (año 2007) del Festival de Música Española de León con la obra “En la música”, estrenada en dicho festival (donde también actuó Carmen Yepes) por el Trío Granados.
Esta «Oración para coro y orquesta» es un Padrenuestro en castellano de escritura musical clásica con hermosas disonancias, pasajes fugados, contracantos instrumentales, partes homofónicas, muchos juegos de matices, y siempre con la música al servicio del texto como en las grandes composiciones vocales, siendo la de la ovetense Raquel Rodríguez digna de comenzar a figurar en los programas de cualquier sala de conciertos. Perfecto el clima conseguido por los intérpretes (coros -muy bien las directoras por el trabajo callado-, la orquesta y el maestro Martínez) que arrancaron merecidísimos aplausos para todos ellos, incluída la compositora, a la que pude felicitar personalmente al finalizar el concierto.
Y quedaba el segundo estreno de encargo, «Recuerdos» del madrileño de nacimiento pero asturiano por los cuatro costados y afincado en Gijón Juan Carlos Casimiro (1961), con texto de Juan Carlos Espina, su habitual "letrista".
Con dilatada carrera profesional tanto docente (en Gijón) como compositiva (ya colaboró más veces con la orquesta académica avilesina) incluso a nivel internacional pero siempre teniendo muy presente los temas populares asturianos (Busgosu, Saelia, Danza Prima, incluso la música del spot de Sidra El Gaitero), hay que destacar otras obras de "calado" entre las que están su sinfonía «Somiedo» (2003) estructurada en cuatro movimientos: «El valle sonado», «En el lago», «La braña» y «Vaqueiros» -alzada, canción y danza-, con textos seleccionados por Juan Carlos Espina (y que estrenaron "mi" Beatriz Díaz y el tenor Aurelio Gabaldón reciente"), y la "más reciente", también con colaboración de Carlos Espina «El viento que nos lleva» estrenada en mayo de 2007 por la Orquesta Sinfónica del Conservatorio de Gijón dirigida por Antonio Ribera (quien dirigió también un Requiem de Mozart con "mi" Beatriz Díaz y la Escolanía San Salvador), actuando de solista nuestro gaitero más internacional José Ángel Hevia.
En la obra de Casimiro estrenada este lunes en Avilés de título de «Recuerdos» vuelve a beber en las fuentes de la música popular asturiana, esta vez una "marcha fúnebre" conocida como Marcha d'Antón el Neñu, obra que en los recitales de Beleño nunca nos faltaba y que ya grabara en 1985 (Na Ca'l Fuau, corte 4) y luego reeditado en CD. Estos «recuerdos» de Tomás Medina evidentes, y precisamente en la Iglesia de Santo Tomás de Sabugo, fueron lo más emotivo de la velada, con esa instrumentación "made in Casimiro", de armonías sutiles casi siempre tonales, un coro tratado instrumentalmente (la letra no se aprecia bien por la reverberación del templo) con un solista de voz preciosa, unas dinámicas muy románticas y la orquestación ad hoc, sabiendo para quién componía pero totalmente extrapolable a otras formaciones que también conoce. Los continuados aplausos y las palabras de gratitud hacia el concierto y los autores de las obras estrenadas (regaladas a la viuda de Tomás) por un emocionado Chema dieron paso al "regalo" de reescuchar desde el compás 80 más o menos la obra de Casimiro.
XXXII Semana Música Religiosa, Avilés. 30/03/09. Foto de Pablo Siana móvil
No hay queja de esta velada pletórica de juventud, formada y volcada con la música que nos brindó un concierto "muy adulto" bajo la sabia batuta de Chema Martínez. Justo lo contrario de aquéllos ¿adultos?: poca educación en cuanto a comentarios en voz alta (como si de un disco se tratase), toses que ya son plaga (voy a poner un puesto de pastillas y jarabes a las entradas de los conciertos), salidas en medio de las ejecuciones, móviles (¡estoy odiando la Lágrima de Tárrega), portazos... Lástima que no hayan estado a la altura de los intérpretes.
La Semana sigue...
P.D. 1: LNE del martes 30 trae un reportaje de Juan C. Galán titulado "Gijón y Avilés: lazos musicales" sobre el "hermanamiento" de los coros participantes.
P.D. 2: La Voz de Avilés (El Comercio) del martes 30 comenta el mismo concierto, firmado por J.L. G. y titulado "Música para Medina".

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