Alegrías (y tristezas) musicales
Entrada original del día 05 de febrero de 2010 a las 22:15 h., y suprimida (censurada) por Blogger© tras "denuncia" yanqui (de la DMCA, Digital Millennium Copyright Act). Quitados unos pocos links de la llamada "tierra de la libertad" (por si es parte de su "queja"), la dejo como estaba ¡y CON FOTOS!:
Acabo de recibir por correo ordinario desde Singapur, de donde salió el pasado 12 de enero, el CD que ha grabado mi admirado Roberto Álvarez, ex-alumno mío en Avilés, su tierra natal, gran flautista y dominador también del piccolo, quien por razones profesionales lleva en la isla asiática desde julio de 2007, nada menos que de "Piccolo principal" en la Singapore Symphony Orchestra, que dirige Lan Shui. No voy a contar su biografía, corta pero intensa, otro amante de "La Música", colaborador incluso de grupos folk, aunque evidentemente sus derroteros han ido por la música sinfónica, en parte por sus profesores en Asturias, el matrimonio Pearse de nuestra OSPA, donde Roberto también ha tocado así como con la Oviedo Filarmonía, sin olvidar otras formaciones como la Europäisches Musikfest Stuttgart, Orquesta del Algarve, Orquesta Sinfónica de Barcelona y la Malaysian Philharmonic Orchestra, con directores como H. Rilling, León Spierer, Max Valdés, K. Penderecki, Jesús López Cobos, Eiji Oue o Kent Nagano.
El registro tuvo lugar en una sesión de cinco horas sin apenas edición, lo que le da aún más valor a esta grabación, en el conservatorio de Singapore, y las obras elegidas nos muestra no sólo su virtuosismo con los dos instrumentos que interpreta, sino una sabia elección que abarca desde el barroco vivaldiano del Concierto en Do M, RV443 para piccolo y orquesta hasta la música española contemporánea del también flautista y compositor valenciano Salvador Espasa y sus "Lamentos bajo el mar" para flauta sola, realmente magistral en escritura e interpretación a cargo del avilesino, que colocaría en la misma categoría de calidad que la Syrinx, para flauta sola, de Debussy.
Lo llevo escuchado tres veces y no me cansa, son versiones personales y formidables como los músicos que le acompañan, compañeros de formación y realmente virtuosos en sus respectivos instrumentos, en especial Shane Thio en las complejas y difíciles Sonatina para flauta y piano de Henri Dutilleux, y la Fantasía sobre temas de "El Cazador Furtivo" de Paul Taffanel. Y la cuerda (donde el pianista toca el clave) de Vivaldi me han sorprendido por su sonoridad y calidad. Lo dicho, una alegría musical.
Lo llevo escuchado tres veces y no me cansa, son versiones personales y formidables como los músicos que le acompañan, compañeros de formación y realmente virtuosos en sus respectivos instrumentos, en especial Shane Thio en las complejas y difíciles Sonatina para flauta y piano de Henri Dutilleux, y la Fantasía sobre temas de "El Cazador Furtivo" de Paul Taffanel. Y la cuerda (donde el pianista toca el clave) de Vivaldi me han sorprendido por su sonoridad y calidad. Lo dicho, una alegría musical.
Como también fue inmensa alegría compartir unos culinos de sidra en Requejo (Mieres) con dos queridos amigos y mejores cantantes, el futuro de la lírica española: el tenor cordobés Pablo García y la soprano allerana Beatriz Díaz, a los que con su permiso, les dedicaré una entrada en exclusiva (algo así como "Cuando lo virtual se vuelve real"), pero como el título de la entrada de hoy indica, plural para alegría y música.
Y escribiendo me he quedado de piedra al enterarme ahora mismo (las 22:00 horas) de la muerte repentina de mi amigo y compañero Víctor García Martínez, con el que estuve charlando en el último concierto de abono de la OSPA, lamentándose de tener que faltar al próximo por estar con su alumnado del Colegio de San Pedro de Los Arcos esquiando... se me ha quedado un nudo en el estómago tiñendo de tristeza unas líneas que comenzaban con alegría, y así desearía terminarlas.
Siempre digo que las personas no mueren mientras pervivan en el recuerdo, y a Víctor siempre le tendré presente. Victorín, que descanses en paz.
Siempre digo que las personas no mueren mientras pervivan en el recuerdo, y a Víctor siempre le tendré presente. Victorín, que descanses en paz.
Mañana "cambiaré de teclado" precisamente con otra allerana, Chucha de Nembra, y ya lo contaremos desde aquí... Para el lunes comienza una semana de las que me gustan, conciertos día sí, día no hasta finalizar en los Carnavales.
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