ReJoice DiDonato
Lunes 11 de marzo, 20:00 horas. Conciertos del Auditorio: Joyce DiDonato (mezzo), Il Complesso Barocco, Dmitry Sinkovsky (violín y director). Obras de A. Cesti, D. Scarlatti, Monteverdi, G. Giacomelli, Vivaldi, G. M. Orlandini, J. A. Hasse, Händel, G. Porta, Gluck y Keiser.
El último disco de la mezzo norteamericana se titula Drama Queens que como bien explica en las notas al programa Carlos García de la Vega, es una expresión coloquial inglesa que "Tiene un matiz jocoso a la vez que peyorativo y viene a definir a aquellas personas que tienden a exagerar y sobreactuar ante la más mínima contrariedad que se encuentran en su vida diaria", y el único que la diva de Kansas tuvo en Oviedo fue entrar para la segunda parte y caerse por dos veces al pisar el vestido de Vivienne Westwood Couture que también luce en las fotos del CD, del que también tenemos información en el programa. No constaban los calcetines rojos de los caballeros, a juego con el color de los dos vestidos de la "Reina Barroca".
La formación musical italiana de Alan Curtis, que también figura en el CD, estuvo liderada en esta ocasión por el contratenor, violinista y director ruso Dmitry Sinkovsky, lleno de tics y gestos que por momentos resultaron exagerados, pero dejándonos un Concierto para violín y cuerdas "per Pisendel", RV 242 del cura pelirrojo muy aseado, limpio y virtuoso aunque algo pobre de sonido. Los números instrumentales dieron prueba de calidad en una semana plenamente barroca (que finalizará el próximo sábado con otra mezzo como "La Bartoli"), formación de sonido brillante, dinámicas amplias y afinación siempre cuidada. Como acompañante en las arias de DiDonato sonó en su sitio, en tutti y continuo, incluso los solistas como Marco Brolli a la flauta brillando a gran altura.
De los dos bloques elegidos por una de las divas de ahora, y volviendo a las notas de García de la Vega, resultó un "pasatiempo de Auditorio con estas Reinas de Drama, princesas, emperatrices. personajes escritos por músicos del XVIII (excepto Monteverdi) que "La DiDonato" interpretó con su estilo propio y las críticas habituales que no desmerecen en absoluto su entrega en el escenario.
Hace tiempo que las voces se clasifican por color en vez de tesitura, y las mezzos para el barroco necesitan un registro casi de soprano con el cuerpo grave casi de contralto más una técnica que exige incluso más que el belcanto. La americana tiene todo esto con limitaciones; personalmente me gusta su timbre -sé que muchos discreparán- aunque juegue con cambios guturales, dentales o nasales que pueden enmascarar el color aunque siempre se dan en momentos de dramatismo puntual. El estilo para el barroco es impecable en técnica, ornamentos de locura siempre claros, aunque el grave quedase más de una vez tapado por la agrupación camerística y, al menos en Oviedo, demostró una riqueza y variedad interpretativa según los roles, en especial la Ottavia de "la Poppea" de Monteverdi en la primera parte o el aria lenta de la "Ifigenia" de Porta llena de lirismo donde los músicos arroparon aún más la elegancia.
Me encantó el Piangerò la sorte mia del "Julio César" de un Händel (que ya cautivó con su anterior "Furore"), más en la parte rápida que en los lentos flanqueantes, aunque la belleza de la partitura es capaz de sonar siempre bien. Los pianissimi cortaron la respiración y hasta las toses del respetable, porque también las divas son capaces de detener un instante...
El "regocijo" o si se me permite jugar con el inglés ReJoyce de Donato, fueron las cuatro propinas que parte del público parece evitar al llegar la hora de la cena, pillándoles de pie en la puerta de salida. De todos es conocido el caracter extrovertido y simpático de la cantante que también cautiva, incluso su italiano para agradecer los aplausos y explicar que prefiere cantar a caminar con polisones siempre incómodos.
Lasciami piangere de Reinand Keiser (de su ópera "Galsuinde, reina de España"), recogida en el CD, Col versar, barbaro, il sangue de Orlandini ("Berenice"), pues ya estaba bien de amoríos y llantos, más los bises de la primera y de Da torbida procella del citado Giuseppe Maria. Sin prisas seguro que hubiera continuado enamorando, pero también los músicos debían alimentarse de algo sólido.
El duelo de mezzos en semana barroca carbayona se decidirá el próximo sábado con "Mission" imposible y entradas agotadas. Para gustos, colores, y DiDonato brilló y enamoró...
El último disco de la mezzo norteamericana se titula Drama Queens que como bien explica en las notas al programa Carlos García de la Vega, es una expresión coloquial inglesa que "Tiene un matiz jocoso a la vez que peyorativo y viene a definir a aquellas personas que tienden a exagerar y sobreactuar ante la más mínima contrariedad que se encuentran en su vida diaria", y el único que la diva de Kansas tuvo en Oviedo fue entrar para la segunda parte y caerse por dos veces al pisar el vestido de Vivienne Westwood Couture que también luce en las fotos del CD, del que también tenemos información en el programa. No constaban los calcetines rojos de los caballeros, a juego con el color de los dos vestidos de la "Reina Barroca".
La formación musical italiana de Alan Curtis, que también figura en el CD, estuvo liderada en esta ocasión por el contratenor, violinista y director ruso Dmitry Sinkovsky, lleno de tics y gestos que por momentos resultaron exagerados, pero dejándonos un Concierto para violín y cuerdas "per Pisendel", RV 242 del cura pelirrojo muy aseado, limpio y virtuoso aunque algo pobre de sonido. Los números instrumentales dieron prueba de calidad en una semana plenamente barroca (que finalizará el próximo sábado con otra mezzo como "La Bartoli"), formación de sonido brillante, dinámicas amplias y afinación siempre cuidada. Como acompañante en las arias de DiDonato sonó en su sitio, en tutti y continuo, incluso los solistas como Marco Brolli a la flauta brillando a gran altura.
De los dos bloques elegidos por una de las divas de ahora, y volviendo a las notas de García de la Vega, resultó un "pasatiempo de Auditorio con estas Reinas de Drama, princesas, emperatrices. personajes escritos por músicos del XVIII (excepto Monteverdi) que "La DiDonato" interpretó con su estilo propio y las críticas habituales que no desmerecen en absoluto su entrega en el escenario.
Hace tiempo que las voces se clasifican por color en vez de tesitura, y las mezzos para el barroco necesitan un registro casi de soprano con el cuerpo grave casi de contralto más una técnica que exige incluso más que el belcanto. La americana tiene todo esto con limitaciones; personalmente me gusta su timbre -sé que muchos discreparán- aunque juegue con cambios guturales, dentales o nasales que pueden enmascarar el color aunque siempre se dan en momentos de dramatismo puntual. El estilo para el barroco es impecable en técnica, ornamentos de locura siempre claros, aunque el grave quedase más de una vez tapado por la agrupación camerística y, al menos en Oviedo, demostró una riqueza y variedad interpretativa según los roles, en especial la Ottavia de "la Poppea" de Monteverdi en la primera parte o el aria lenta de la "Ifigenia" de Porta llena de lirismo donde los músicos arroparon aún más la elegancia.
Me encantó el Piangerò la sorte mia del "Julio César" de un Händel (que ya cautivó con su anterior "Furore"), más en la parte rápida que en los lentos flanqueantes, aunque la belleza de la partitura es capaz de sonar siempre bien. Los pianissimi cortaron la respiración y hasta las toses del respetable, porque también las divas son capaces de detener un instante...
El "regocijo" o si se me permite jugar con el inglés ReJoyce de Donato, fueron las cuatro propinas que parte del público parece evitar al llegar la hora de la cena, pillándoles de pie en la puerta de salida. De todos es conocido el caracter extrovertido y simpático de la cantante que también cautiva, incluso su italiano para agradecer los aplausos y explicar que prefiere cantar a caminar con polisones siempre incómodos.
Lasciami piangere de Reinand Keiser (de su ópera "Galsuinde, reina de España"), recogida en el CD, Col versar, barbaro, il sangue de Orlandini ("Berenice"), pues ya estaba bien de amoríos y llantos, más los bises de la primera y de Da torbida procella del citado Giuseppe Maria. Sin prisas seguro que hubiera continuado enamorando, pero también los músicos debían alimentarse de algo sólido.
El duelo de mezzos en semana barroca carbayona se decidirá el próximo sábado con "Mission" imposible y entradas agotadas. Para gustos, colores, y DiDonato brilló y enamoró...
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