Estación de penitencia
Lunes 21 de marzo, 20:00 horas. Centro de Cultura Antiguo Instituto "Jovellanos", Gijón: II Ciclo Coral de Música Sacra 2016, organiza: FECORA. Grupo Coral Melisma, Fernando M. Viejo (director y órgano), Coral Polifónica Gijonesa "Anselmo Solar", Santiago Novoa (director). Obras de Maurice Duruflé (1902-1986), José Ignacio Prieto (1900-1980), T. L. de Victoria (1548-1611), Fernando Menéndez Viejo (1940), José Mª Nemesio Otaño (1880-1956), W. A. Mozart (1756-1791) y Pau Casals (1876-1973). Entrada libre.
La "todopoderosa" Wikipedia© define el título de esta entrada:
La idea de organizar este programa era muy buena: un coro especializado en Gregoriano aunque reducido a "ochote" con voces algo opacas y muy alejadas de los monjes famosos, con acompañamiento al órgano de su fundador, más la coral local decana, numerosa pero con una media de edad tristemente habitual en nuestras formaciones, contando con un pequeño relevo generacional que vendrá muy bien, y dirigida desde hace cuatro años por Santi Novoa, también de la cantera imparable de la Escolanía de Covadonga, aunque luchando contra los elementos y las tinieblas... El primero cantaría la versión gregoriana (con apoyo del órgano) para a continuación hacerse (ya no digo cantar ni interpretar) la polifónica.
Si tras llegar con treinta minutos de antelación, hacer una cola que nadie respeta, abrir las puertas casi a la hora del comienzo y aguantar empujones parecía augurar un mal comienzo, la "Ley de Murphy" volvió a cumplirse. Hacía tiempo que no sufría tanto escuchando un repertorio que estaba muy bien organizado y paso a relatar con los "links" correspondientes a versiones variadas en Internet, obra gregoriana y autor con la versión polifónica:
Ubi cáritas (M. Duruflé), el lavado de pies del Jueves Santo, "Donde hay caridad y amor, allí está Dios... será este un gozo inefable por los siglos infinitos". Qué distinto del de Ola Gjeilo...
In monte Oliveti (Padre Prieto), del responsorio de tinieblas, "Padre, si es posible pase de mí este cáliz". El espíritu está firme pero la carne es débil...". ¡Cómo me hubiese gustado escuchar la de Javier Bello-Portu!.
O vos Omnes (Victoria), también responsorio de tinieblas, "Oh vosotros, los que pasáis por el camino, prestad atención y ved si existe dolor semejante al mío..."
Sicut ovis (Padre Prieto), más tinieblas, "Fue conducido al matadero, como si fuera una oveja...".
Ténebrae (Fernando M. Viejo), no vemos la luz del día con tanta tenebrae, aunque estemos en las fechas "se hizo la oscuridad...".
Velum templi (Nemesio Otaño), "El velo del Templo se rompió...", seguimos a palpo.
Surrexit Dominus (Fernando M. Viejo), "... el mismo Señor que fue colgado de un madero" y se hizo la Pascua.
Lacrimosa, del "Requiem" (Mozart), con un órgano pobre y "Lleno de lágrimas...".
Salve Montserratina (P. Casals), "Dios te salve, Reina y Madre...", la propia conjunción de nuestro catalán único entre gregoriano, órgano y coro a la Virgen Negra, que nos lleva a las piedras del monte sagrado, última premonición, Amén.
Obras todas impresionantes, incluidas las de Fernando M. Viejo que siempre ha tenido un gusto especial para armonizar y recrear muchas partituras interiorizadas en tantos años de experiencia, y con el añadido de escuchar la primigenia en canto llano a cargo de "Melisma", pero de ningún modo ni estilo pudieron darme la paz necesaria.
Lo dicho, tomelo cual penitencia, lástima porque cualquier intento de disculpa es vano, mi paladar u oído acostumbrado a los dos últimos conciertos avilesinos hizo que este lunes resultase una cruz difícil de llevar, y como si las letras hermosamente musicadas (se nos pasó la traducción al castellano de la que he sacado los fragmentos) fuesen desgranando mi propia penitencia. Sólo fustigarme con una falta de afinación cual ecce homo ensangrentado que llenó de nubarrones todo el concierto. El resto de pecados los dejo en confesión interior y acepto cristianamente esta pena muy grande que expiaré el jueves con mi obligada "Pasión" bachiana, precisamente en el día de su aniversario, un 21 de marzo aunque para otros calendarios sea el 31. "Confiteor" a una voz: Mea culpa, mea culpa, mea máxima culpa.
La "todopoderosa" Wikipedia© define el título de esta entrada:
"Es el nombre que se da a la procesión que las hermandades pasionistas realizan en Semana Santa por las calles de distintas ciudades españolas, siempre y cuando durante su recorrido la cofradía haga visita (de aquí el término estación) al menos a un templo. Caso de no producirse dicha estación, el término procesión de penitencia suele ser el más adecuado. Bien se trate de una u otra, los nazarenos acompañan a las imágenes titulares de sus hermandades organizados en dos o incluso tres filas (dependiendo de la hermandad) y el silencio y la oración deben estar presentes desde su comienzo hasta el final".Si se me permite la licencia, mi particular procesión son las escapadas a los conciertos de estos días, más por ciudades que calles y recorriendo distintos "templos musicales" aunque también puedo tomar el segundo término, autoproclamándome nazareno de la cofradía melómana acompañando a muchos titulares de los programas organizados a menudo a pares. Tómese por tanto este lunes santo como tal.
La idea de organizar este programa era muy buena: un coro especializado en Gregoriano aunque reducido a "ochote" con voces algo opacas y muy alejadas de los monjes famosos, con acompañamiento al órgano de su fundador, más la coral local decana, numerosa pero con una media de edad tristemente habitual en nuestras formaciones, contando con un pequeño relevo generacional que vendrá muy bien, y dirigida desde hace cuatro años por Santi Novoa, también de la cantera imparable de la Escolanía de Covadonga, aunque luchando contra los elementos y las tinieblas... El primero cantaría la versión gregoriana (con apoyo del órgano) para a continuación hacerse (ya no digo cantar ni interpretar) la polifónica.
Si tras llegar con treinta minutos de antelación, hacer una cola que nadie respeta, abrir las puertas casi a la hora del comienzo y aguantar empujones parecía augurar un mal comienzo, la "Ley de Murphy" volvió a cumplirse. Hacía tiempo que no sufría tanto escuchando un repertorio que estaba muy bien organizado y paso a relatar con los "links" correspondientes a versiones variadas en Internet, obra gregoriana y autor con la versión polifónica:
Ubi cáritas (M. Duruflé), el lavado de pies del Jueves Santo, "Donde hay caridad y amor, allí está Dios... será este un gozo inefable por los siglos infinitos". Qué distinto del de Ola Gjeilo...
In monte Oliveti (Padre Prieto), del responsorio de tinieblas, "Padre, si es posible pase de mí este cáliz". El espíritu está firme pero la carne es débil...". ¡Cómo me hubiese gustado escuchar la de Javier Bello-Portu!.
O vos Omnes (Victoria), también responsorio de tinieblas, "Oh vosotros, los que pasáis por el camino, prestad atención y ved si existe dolor semejante al mío..."
Sicut ovis (Padre Prieto), más tinieblas, "Fue conducido al matadero, como si fuera una oveja...".
Ténebrae (Fernando M. Viejo), no vemos la luz del día con tanta tenebrae, aunque estemos en las fechas "se hizo la oscuridad...".
Velum templi (Nemesio Otaño), "El velo del Templo se rompió...", seguimos a palpo.
Surrexit Dominus (Fernando M. Viejo), "... el mismo Señor que fue colgado de un madero" y se hizo la Pascua.
Lacrimosa, del "Requiem" (Mozart), con un órgano pobre y "Lleno de lágrimas...".
Salve Montserratina (P. Casals), "Dios te salve, Reina y Madre...", la propia conjunción de nuestro catalán único entre gregoriano, órgano y coro a la Virgen Negra, que nos lleva a las piedras del monte sagrado, última premonición, Amén.
Obras todas impresionantes, incluidas las de Fernando M. Viejo que siempre ha tenido un gusto especial para armonizar y recrear muchas partituras interiorizadas en tantos años de experiencia, y con el añadido de escuchar la primigenia en canto llano a cargo de "Melisma", pero de ningún modo ni estilo pudieron darme la paz necesaria.
Lo dicho, tomelo cual penitencia, lástima porque cualquier intento de disculpa es vano, mi paladar u oído acostumbrado a los dos últimos conciertos avilesinos hizo que este lunes resultase una cruz difícil de llevar, y como si las letras hermosamente musicadas (se nos pasó la traducción al castellano de la que he sacado los fragmentos) fuesen desgranando mi propia penitencia. Sólo fustigarme con una falta de afinación cual ecce homo ensangrentado que llenó de nubarrones todo el concierto. El resto de pecados los dejo en confesión interior y acepto cristianamente esta pena muy grande que expiaré el jueves con mi obligada "Pasión" bachiana, precisamente en el día de su aniversario, un 21 de marzo aunque para otros calendarios sea el 31. "Confiteor" a una voz: Mea culpa, mea culpa, mea máxima culpa.
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