Magisterio renacentista

Foto: Diego Domínguez Pérez
Sábado 6 de abril, 19:30 horas. Auditorio Nacional de Madrid, Sala de Cámara: Peter Phillips & El León de Oro: Grandes Maestros del Renacimiento. "Laudibus in sanctis", obras de Lasso, Victoria, Byrd, Gombert, Gesualdo, Lobo y Palestrina. Entrada: 15€.
Disfrutar nuevamente de mi coro preferido, dirigido por un Maestro con mayúscula como el británico Peter Phillips con el repertorio que domina como nadie, y además en el Auditorio Nacional, no tiene precio. Compartirlo con amigos "in situ" supone contar de primera mano otra experiencia irrepetible, porque El León de Oro (LDO) sigue asombrando en cada concierto, independientemente del repertorio o la renovación de voces en sus 15 años de historia. La propia presentación del programa de mano merece leerse como ideario de esta formación que todavía seguirá dando a los "leónigans" muchas alegrías: "lo que cuenta es la pleitesía al sonido, la entrega a un bien superior como es la belleza. La belleza nunca está en crisis. La belleza es. Somos sus intérpretes los que podemos estar en crisis personales, económicas o de otra índole, algo que poco puede importar ante la grandeza de un acorde bien construido por Palestrina como el que cierra este programa".
De la búsqueda de esa belleza sonora puedo dar fe en cada una de sus actuaciones en directo, siendo la más "cercana" y parecida por las obras y autores elegidos la vivida en la Catedral de Oviedo con el propio maestro británico: un arduo trabajo, no ya musical que es enorme, sino de búsqueda de financiación, quedando reflejado en un DVD que atesoro y sirve de pequeña muestra al ímpetu de un coro amateur pero profesional en sus resultados. Para su presentación en la capital de España nada menos que en el templo musical, que celebra sus 25 años, el esfuerzo volvió a tener recompensa, contando con la colaboración del Coro de Voces Graves de Madrid, el Excmo. Ayuntamiento de Oviedo, Hoteles El Carmen de Carreño y Dña. Bettina von Scheidemantel, repitiendo Phillips con el LDO y acrecentando la grandeza de unos intérpretes magistralmente llevados por el británico en unas obras donde la música coral es sublime.
Comenzar con Lasso fue el primer reto. La Missa Bell' Amfitrit' altera a ocho voces "a capella" supone para cualquier coro trabajar y condensar todo lo necesario para una interpretación acorde a la magnitud de esta obra: emisión clara, pronunciación correcta, afinación perfecta, seguridad en los ataques, dinámicas amplias y sobre todo un perfecto entendimiento con el director, logrando una flexibilidad impecable desde el Kyrie al Agnus con emociones a veces contenidas y otras rebosantes (Gloria), grandeza de Lasso que también alcanza a Media vita para un coro reducido que volvió a deleitar en todos los aspectos.
El remate nuestro insigne Tomás Luis de Victoria y su Regina coeli, otra lección del Maestro Phillips con sus "leones aventajados", puntuación sobresaliente hasta para el público: educado, emocionado, conteniendo respiraciones y dejando flotar cada final el tiempo suficiente para degustar todas las notas, los finales de frases que se miman al detalle, sin prisas por aplaudir y una acústica de la sala que devolvió en todo su esplendor la obra del abulense en las voces celestiales del coro asturiano "llevado de la mano" por un experto.
Tras la pausa del cigarrilo que me sirvió para saludar a otros "leónigans" venidos de distintas partes de la geografía, una segunda parte tal vez menos interiorizada y exigente para todos pero igualmente sabrosa donde no podían faltar estilos y nombres que llevan el latín a su máxima expresión musical, perfecta unión donde el texto alcanza el paraíso sonoro, o "flotar" como el día antes en Gijón.
Laudibus in sanctis (Byrd) que también titulaba el programa, la óptica inglesa del Renacimiento con lenguaje propio e igualmente universal que director y coro bordaron, Media vita (Nicolas Gombert), acento franco-flamenco en el amplio muestrario vocal que brilla en esta partitura, Ave dulcissima Maria (Gesualdo), la belleza interior del canto a La Mujer compuesto por el Príncipe del madrigal emotivamente llevado, Versa est in luctum (Alonso Lobo) con el color sevillano de un compositor nuestro que El Maestro recuperó para seguir mostrándonos la grandeza del repertorio renacentista en las voces de los gozoniegos, otros escolares siguiendo el camino de sus "armas gemelas" The Tallis Scholars, para finalizar nada menos que con Nunc dimittis (Palestrina), obra trabajadísima con Marco A. García de Paz, interiorizada por todo el coro y que dirigida por "PeP" parece levantar vuelo desde el gesto siempre conciso e íntimo bien contestado por los cantantes. Disfrute de cada obra en su individualidad y grandeza, la universalidad de una música vocal tan bien hecha e interpretada que puede detener el tiempo y volvernos al presente en toda su magnificencia.
De propina otra joya renacentista que LDO tiene muy presente en su amplio repertorio, el motete Nescien mater (Jean Mouton) para rematar una clase magistral, doctorado "cum laude" para los leones asturianos con el catedrático británico en un encuentro satisfactorio a más no poder para ellos compartido por un público entregado que aplaudió merecidamente este nuevo escalón hacia la belleza. No en vano las armas expuestas son "poderosas: Entusiasmo y calidad. Amor y perseverancia. La búsqueda del sonido imposible". Orgulloso de ser leónigan una vez más...

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