Clausura de semana con la Escolanía de Covadonga
Lunes 29 de marzo, 20:00 horas. Concierto de Clausura de la XXXIII Semana de Música Religiosa de Avilés, Iglesia de Sto. Tomás de Cantorbery. Escolanía de Covadonga, director: Jorge de la Vega Laría.
No se pudo encontrar mejor forma de finalizar esta semana avilesina de música religiosa que con una agrupación señera en nuestra tierra (junto con la Escolanía San Salvador de Oviedo) por todo lo que significa Covadonga, y con una selección de su amplio repertorio ex-profeso para la ocasión, una escolanía por la que han pasado muchas voces (algunas reforzaron hoy "su formación") y directores asturianos (entre ellos el actual de la escolanía), hoy en día y como en todos los coros jóvenes, en proceso de renovación como cada curso escolar, aunque siempre fuente inagotable de nuevas voces. Acompañados al órgano en casi todas las obras por Fernando Álvarez Menéndez, otro corista (1) y actual titular del "homónimo" del Santuario (precisamente muy parecido y de los mismos constructores que el próximo de Santo Tomás), las voces blancas de "la cuna de España" (del Himno con el que cerraron el concierto) deleitaron al público que abarrotó la "Iglesia nueva de Sabugo".
Comenzábamos con fragmento de Gregoriano (acompañado al órgano) a cargo de los antiguos escolanos que dieron paso a la procesión hasta el altar de la escolanía, con el canto de entrada de Cuaresma Attende, Domine. A continuación una de esas joyas de la polifonía, el Stabat Mater de Pergolesi, con el órgano "ejerciendo de orquesta", realmente emocionante y bien interpretado. Y de la Misa en Sol Mayor D. 167 de Schubert (otra reliquia de música sacra) el Kyrie, algo flojo el tenor solista pero que no empaña la ejecución global. Celebrabo te, Domine de Fray Antoni Martorell (1913-2009) fue una de las obras más "redondas" de la tarde, perfecta conjunción de las voces con el órgano y realmente sobrecogedora.
Sin perder el espíritu sacro, retomando la música a capella y de uno de los más aclamados compositores actuales, Javier Busto Vega (1949) escuchamos O quam suavis est, del que dejo aquí el vídeo (aunque pillado el inicio, pidiendo disculpas por ello así como por el encuadre, sin poder mirar por la posición en la que estaba):
Cruzando de Euskadi a Gran Bretaña llegamos al Ave, verum de Elgar, trasportándonos a la escuela coral inglesa donde niños y hombres cantan con el órgano, esta vez de Covadonga hasta Avilés...
No podía faltar en este concierto algo de nuestro gran Padre Victoria del que a capella interpretaron Popule meus, y Domine, non sum dignus de nuevo con órgano.
No muy interpretado pero otra página muy curiosa de música sacra para coro y orquesta es el Crucifixus de Vivaldi que los escolanos con su organista solventaron con la profesionalidad de sus años, algunos problemas de afinación e inseguridad en las entradas que estoy seguro son fruto de su cada vez menor experiencia. Me consta que trabajan mucho y estos detalles se van puliendo con ensayos y sobre todo tiempo.
De Luis Iruarrízaga (1891-1918) nos dejaron A la madre dolorosa, personalmente lo mejor del concierto, demostrando que son capaces de darlo todo tras la desigual interpretación anterior, y fiel reflejo del buen hacer de los escolanos.
Nada mejor ni más apropiado para el final que el difícil Amen (para escuchar y seguir la partitura a partir del minuto 4:03) del "Stabat Mater" de Pergolesi, que en cierto modo fue el inicio real del concierto, antes de las dos propinas, el Aleluya de Leoncio Diéguez (compositor y uno de los antiguos directores de la Escolanía) y el citado Himno Oficial del Centenario de Covadonga de Juan Ignacio Busca de Sagastizábal, con todo el templo en pie cantando, como si en el Santuario estuviésemos, la obra musical insignia de esta agrupación que puso el mejor broche posible a esta XXXIII Semana de Música Religiosa de Avilés, esperando, como bien decía al inicio mi querido Chema, que en la número 34 ya tengamos el órgano nuevo.
No se pudo encontrar mejor forma de finalizar esta semana avilesina de música religiosa que con una agrupación señera en nuestra tierra (junto con la Escolanía San Salvador de Oviedo) por todo lo que significa Covadonga, y con una selección de su amplio repertorio ex-profeso para la ocasión, una escolanía por la que han pasado muchas voces (algunas reforzaron hoy "su formación") y directores asturianos (entre ellos el actual de la escolanía), hoy en día y como en todos los coros jóvenes, en proceso de renovación como cada curso escolar, aunque siempre fuente inagotable de nuevas voces. Acompañados al órgano en casi todas las obras por Fernando Álvarez Menéndez, otro corista (1) y actual titular del "homónimo" del Santuario (precisamente muy parecido y de los mismos constructores que el próximo de Santo Tomás), las voces blancas de "la cuna de España" (del Himno con el que cerraron el concierto) deleitaron al público que abarrotó la "Iglesia nueva de Sabugo".
Comenzábamos con fragmento de Gregoriano (acompañado al órgano) a cargo de los antiguos escolanos que dieron paso a la procesión hasta el altar de la escolanía, con el canto de entrada de Cuaresma Attende, Domine. A continuación una de esas joyas de la polifonía, el Stabat Mater de Pergolesi, con el órgano "ejerciendo de orquesta", realmente emocionante y bien interpretado. Y de la Misa en Sol Mayor D. 167 de Schubert (otra reliquia de música sacra) el Kyrie, algo flojo el tenor solista pero que no empaña la ejecución global. Celebrabo te, Domine de Fray Antoni Martorell (1913-2009) fue una de las obras más "redondas" de la tarde, perfecta conjunción de las voces con el órgano y realmente sobrecogedora.
Sin perder el espíritu sacro, retomando la música a capella y de uno de los más aclamados compositores actuales, Javier Busto Vega (1949) escuchamos O quam suavis est, del que dejo aquí el vídeo (aunque pillado el inicio, pidiendo disculpas por ello así como por el encuadre, sin poder mirar por la posición en la que estaba):
Cruzando de Euskadi a Gran Bretaña llegamos al Ave, verum de Elgar, trasportándonos a la escuela coral inglesa donde niños y hombres cantan con el órgano, esta vez de Covadonga hasta Avilés...
No podía faltar en este concierto algo de nuestro gran Padre Victoria del que a capella interpretaron Popule meus, y Domine, non sum dignus de nuevo con órgano.
No muy interpretado pero otra página muy curiosa de música sacra para coro y orquesta es el Crucifixus de Vivaldi que los escolanos con su organista solventaron con la profesionalidad de sus años, algunos problemas de afinación e inseguridad en las entradas que estoy seguro son fruto de su cada vez menor experiencia. Me consta que trabajan mucho y estos detalles se van puliendo con ensayos y sobre todo tiempo.
De Luis Iruarrízaga (1891-1918) nos dejaron A la madre dolorosa, personalmente lo mejor del concierto, demostrando que son capaces de darlo todo tras la desigual interpretación anterior, y fiel reflejo del buen hacer de los escolanos.
Nada mejor ni más apropiado para el final que el difícil Amen (para escuchar y seguir la partitura a partir del minuto 4:03) del "Stabat Mater" de Pergolesi, que en cierto modo fue el inicio real del concierto, antes de las dos propinas, el Aleluya de Leoncio Diéguez (compositor y uno de los antiguos directores de la Escolanía) y el citado Himno Oficial del Centenario de Covadonga de Juan Ignacio Busca de Sagastizábal, con todo el templo en pie cantando, como si en el Santuario estuviésemos, la obra musical insignia de esta agrupación que puso el mejor broche posible a esta XXXIII Semana de Música Religiosa de Avilés, esperando, como bien decía al inicio mi querido Chema, que en la número 34 ya tengamos el órgano nuevo.
(1) Sobre el organista Fernando Álvarez, gracias a mis amistades que me leen y están en todo, comentar que no fue escolano, aunque lleva años en Covadonga, y que comenzó su carrera coral en los coros de la Sociedad Siero-Musical y sus estudios de piano los inició con el maestro Ángel Émbil Ecenarro, auténtica institución musical no solo en "La Pola" o en Asturias sino en todo España.
Gracias a su hijo José Ángel, que me honra con su amistad.
Gracias a su hijo José Ángel, que me honra con su amistad.
Comentarios