Ensayando Wagner para el anual
Miércoles 23 de octubre, 20:30 horas. Auditorio de Oviedo, Ensayo general del XXII Concierto Premios Príncipe de Asturias: Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA), Coro de la Fundación Príncipe de Asturias (maestro de coro: José Esteban García Miranda), director: Jonas Alber. Obras de Wagner. Entrada gratuita con invitación previa.
Otro año más que la FPA prepara el "concierto de los premios" aunque los recortes también se han notado teniendo que tirar de lo de casa, salvo el maestro alemán invitado y conocido como "mago del sonido" tal y como pudimos comprobar en este ensayo, con todo lo que supone, aunque hubiese algún despistado a mi alrededor que no entendía la razón de repetir pasajes o las explicaciones que la soprano del coro Rosa Álvarez traducía para sus compañeros.
Estamos aún en el año del 200 aniversario del nacimiento de Richard Wagner y el programa buscó páginas conocidas para el gran público, no necesariamente wagneriano, de coros y preludios, con una orquesta algo reforzada para el homenajeado aunque todavía corta en cuerda (y así nos quedaremos a la vista de la tijera cultural), y un coro con mayoría de voces blancas sobre graves, y éstas a medio gas, supongo que guardando fuerzas para el concierto, porque el programa es realmente duro.
Además del protocolo obligado con los respectivos himnos de España y Asturias que abren y cierran concierto, la obertura de Tannhäuser pareció algo adormecida, aunque el director alemán se encargaría de limar detalles. El Coro de caballeros y damas "Freudig begrüssen wir die edle Halle" puso en pie a una agrupación vocal algo descompensada, afinada, con buena pronunciación pero dubitativa en alguna entrada, inseguro aún más en el Coro de los viejos peregrinos del acto III "Beglückt darf nun dich, o Heimat" que sacó a flote esa carencia de efectivos para un coro que requeriría casi el doble, y no era cuestión de aumentar volumen, menos aún en un ensayo. El efecto de colocar tres trompetas en un palco hizo desencajar ligeramente las entradas, aunque al repetir el pasaje resultó mucho mejor.
De Lohengrin escuchamos el Preludio del acto I que nos devolvió nuestra cuerda de primera bien respaldada por el resto de familias, tal vez planos en presencia pero inmensos en dinámicas, corrigiendo detalles de planos y fraseos el maestro Alber. La conocida marcha nupcial del tercer acto "Treulich geführt ziehet dahin" pareció más cómoda de lo que realmente es, con las voces blancas seguras y de emisión perfecta, luminosas y a la vez etéreas (como recuerda las notas del programa de este miércoles, supongo que de María Sanhuesa como las notas del programa "oficial") así como la orquesta en su nivel habitual de calidad, metales presentes y poderosos sin exageraciones, calidad aún mayor en el Preludio que va antes de la marcha que aquí se programó después, lo que no entiendo mucho porque finaliza precisamente cuando aparece la melodía más famosa de Wagner.
Y para cerrar este pequeño gran muestrario wagneriano Los maestros cantores de Nüremberg con el preludio que la orquesta asturiana ejecutó con más convicción, más apropiado para abrir concierto que cerrarlo, y los coros del acto III, escena quinta "Wach auf, es nahet gen den Tag" realmente exigentes, y el final "Ehrt eure deutschen Meister", cual himnos no ya de homenaje al compositor sino al "arte de los maestros cantores y el valor de las tradiciones", siendo los conciertos de la fundación una más dentro de la vida musical asturiana.
Interesante ensayo para desenredar la madeja del programa, que tan solo sirve para sacar ideas generales y ver cómo trabaja el maestro Alber con nuestra orquesta y coro en el siempre difícil Wagner. Espero con más ganas el War Requiem de Britten también centenario, con los mismos músicos de hoy más distintos solistas y el titular Milanov al frente. Será el 22 de noviembre.
Otro año más que la FPA prepara el "concierto de los premios" aunque los recortes también se han notado teniendo que tirar de lo de casa, salvo el maestro alemán invitado y conocido como "mago del sonido" tal y como pudimos comprobar en este ensayo, con todo lo que supone, aunque hubiese algún despistado a mi alrededor que no entendía la razón de repetir pasajes o las explicaciones que la soprano del coro Rosa Álvarez traducía para sus compañeros.
Estamos aún en el año del 200 aniversario del nacimiento de Richard Wagner y el programa buscó páginas conocidas para el gran público, no necesariamente wagneriano, de coros y preludios, con una orquesta algo reforzada para el homenajeado aunque todavía corta en cuerda (y así nos quedaremos a la vista de la tijera cultural), y un coro con mayoría de voces blancas sobre graves, y éstas a medio gas, supongo que guardando fuerzas para el concierto, porque el programa es realmente duro.
Además del protocolo obligado con los respectivos himnos de España y Asturias que abren y cierran concierto, la obertura de Tannhäuser pareció algo adormecida, aunque el director alemán se encargaría de limar detalles. El Coro de caballeros y damas "Freudig begrüssen wir die edle Halle" puso en pie a una agrupación vocal algo descompensada, afinada, con buena pronunciación pero dubitativa en alguna entrada, inseguro aún más en el Coro de los viejos peregrinos del acto III "Beglückt darf nun dich, o Heimat" que sacó a flote esa carencia de efectivos para un coro que requeriría casi el doble, y no era cuestión de aumentar volumen, menos aún en un ensayo. El efecto de colocar tres trompetas en un palco hizo desencajar ligeramente las entradas, aunque al repetir el pasaje resultó mucho mejor.
De Lohengrin escuchamos el Preludio del acto I que nos devolvió nuestra cuerda de primera bien respaldada por el resto de familias, tal vez planos en presencia pero inmensos en dinámicas, corrigiendo detalles de planos y fraseos el maestro Alber. La conocida marcha nupcial del tercer acto "Treulich geführt ziehet dahin" pareció más cómoda de lo que realmente es, con las voces blancas seguras y de emisión perfecta, luminosas y a la vez etéreas (como recuerda las notas del programa de este miércoles, supongo que de María Sanhuesa como las notas del programa "oficial") así como la orquesta en su nivel habitual de calidad, metales presentes y poderosos sin exageraciones, calidad aún mayor en el Preludio que va antes de la marcha que aquí se programó después, lo que no entiendo mucho porque finaliza precisamente cuando aparece la melodía más famosa de Wagner.
Y para cerrar este pequeño gran muestrario wagneriano Los maestros cantores de Nüremberg con el preludio que la orquesta asturiana ejecutó con más convicción, más apropiado para abrir concierto que cerrarlo, y los coros del acto III, escena quinta "Wach auf, es nahet gen den Tag" realmente exigentes, y el final "Ehrt eure deutschen Meister", cual himnos no ya de homenaje al compositor sino al "arte de los maestros cantores y el valor de las tradiciones", siendo los conciertos de la fundación una más dentro de la vida musical asturiana.
Interesante ensayo para desenredar la madeja del programa, que tan solo sirve para sacar ideas generales y ver cómo trabaja el maestro Alber con nuestra orquesta y coro en el siempre difícil Wagner. Espero con más ganas el War Requiem de Britten también centenario, con los mismos músicos de hoy más distintos solistas y el titular Milanov al frente. Será el 22 de noviembre.
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