Voces jóvenes en clave barroca
Sábado 5 de octubre, 21:00 horas. Catedral de León, "Peregrinatio", VIII Ciclo Músicas Históricas de León: Eduardo López Banzo (clave), María Eugenia Boix (soprano), Amaia Larráyoz (soprano), Nerea Berraondo (mezzo) y Héctor Guerrero (barítono). Obras de Händel y A. Scarlatti. Entrada gratuita.
El XXX FIOCLE (Festival Internacional de Órgano Catedral de León) prosigue su andadura, esta vez incluyendo la inauguración de la temporada del CNDM que tendrá cuatro programas, el de este día de San Froilán con un delicado concierto donde mi ubicación no resultó la mejor para poder saborerar un programa delicado de cantatas dirigido desde el clave por el maestro López Banzo que nos descubría un trío de voces jóvenes seleccionadas en el II Curso de Interpretación Vocal en el Barroco Español del propio CNDM del pasado mes de marzo, además de otra de la primera edición, curso del que Don Eduardo es su director y por tanto conocedor de primera mano de esta póquer vocal del que habrá que tomar nota para dentro de poco.
Si bien el escenario volvía al lado del crucero y el lleno catedralicio me colocó lateralmente a los intérpretes, pude al menos comprobar colorido, emisión y proyección de cada cantante, aunque la reverberación impida disfrutar de los textos, tanto los cantados como las palabras del maestro López Banzo al finalizar el concierto y presentar las dos propinas.
La soprano pamplonesa Amaia Larráyoz nos interpretó la cantata Dolc'è pur d'amor l'affano, HWV 109b (Haendel) de color vocal agradable y registro central pleno, agilidades bien resueltas sobre todo en la segunda aria Se più non t'amo tras el algo plano Recitativo Il viver sempre in pene.
Me encantó la mezzo Nerea Berraondo en Leandro, Leandro, anima mia de Alessandro Scarlatti. Cual drama condensado en sucesión triple de Recitativo-Aria con un clave primoroso subrayado y apoyo de la enorme musicalidad y poderío vocal de esta otra pamplonica, color uniforme en todos los registros: un grave redondo, un medio claro y un agudo suave que tomando la letra de la segunda aria La speranza dice al core y a mi oído que estamos ante una cantante no ya barroca sino integral aunque este repertorio sea muy adecuado.
Händel volvería para ocupar el resto del concierto, primero con la única voz masculina del organista local formado en Oviedo y también barítono Héctor Guerrero, otra agradable sorpresa cantando Dalla Guerra amorosa, HWV 102a, interpretación sentida desde una técnica trabajada que todavía tiene mucho recorrido para un hermoso timbre ya homogéneo y de potencia controlada, vocalizaciones limpias, nunca atropelladas y recreándose en la partitura, músico completo siempre felizmente respaldado por la maestría del maño López Banzo.
El remate vendría con la soprano oscense María Eugenia Boix (ya "veterana" pese a su juventud, y seleccionada el año pasado) y el Menzognere speranze, HWV 131, partitura agradecida para una soprano ya madura vocalmente, capaz de sentir como suya la obra, contraponiendo caracteres distintos en el Adagio Lascia di più o la Arietta final Altra spene or non alietta con su recitativos previos igualmente diferenciados, comunicando y mandando, sintiéndose segura con ese clave que casi la llevó de la mano para un Händel esquisito.
La primera propina nos dejó un "retazo operístico" a trío femenino, ninfas y diosas, empaste vocal y de colorido antes del último trío con Héctor, Nerea y María Eugenia cerrando este peregrinaje más barroco que medieval que rezaba el programa global pasando del Auditorio de León en 2012 a la Pulchra leonina 2013 en este otro peregrinaje melómano traspasando el Pajares. Ida y vuelta porque San Froilán mandaba para los leoneses.
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