Requiem por las vacaciones que terminan
Viernes 28 de agosto, 20:15 horas. VI ciclo de Música en el Claustro de San Nicolás de Bari (Avilés). Mozart: Requiem en Re menor, KV. 626. Orquesta y Coro "Sabugo Filarmonía", María Fidalgo (soprano), Julia Arellano (mezzo), Pedro González (tenor) y Axier Sánchez (barítono). Director: Rubén Díez.
Con petardos en la calle rememorando los tiempos de Napoleón en pleno día grande (San Agustín) de la Villa del Adelantado de la Florida tras disfrutar con mis amigos avilesinos de una excelente comida en esta fiesta local, y abandonando la terraza con el cubata sin acabar para dirigirme a escuchar mi Requiem por las vacaciones (que están dando sus últimas bocanadas, eso sí, con la música siempre presente), entré con tiempo suficiente para encontrar sitio en una iglesia a rebosar y un público que tuvimos que esperar casi 15 minutos por el estruendo (exterior e interior) que no parecía disminuir.
Media hora antes actuaba en La Granda el tenor avilesino Aurelio Gabaldón acompañado por la mierense Yolanda Vidal al piano, pero cercanía y programa me hicieron decantarme por el niño de Salzburgo. Además el candasu José Manuel Rodríguez Gutiérrez, alias Chonchi, me escribió a mi noticiario bloggero para recordarme este concierto "made in Avilés", lo que siempre es un tanto a favor por "jugar en casa". Pero evidentemente no es igual mi oído que el de Diana Díaz (a la que incluso ví tomar notas durante la ejecución, no como servidor que espera a llegar a casa) ni mucho menos el de los familiares y amigos de los intérpretes, y más cuando se trata de la Misa de Requiem de Mozart, por lo que utilizando el refranero que tanto me gusta, "mi gozo en un pozo".
Si mi visión no era la adecuada, el oído no suele traicionarme. La acústica de San Nicolás de Bari era perfecta para la obra, la plantilla orquestal parecía que también (aunque resultó algo pobre el volumen de la cuerda, que no excesivo el del viento) tal vez para evitar más desequilibrio en las voces: el coro "titula" que luchó con una obra que exige mucho (los pp correctos pero los ff quedaron en f), con una cuerda de bajos de escaso volumen y unas sopranos "tirantes" (por no escribir "chillonas") en las notas agudas.
El Dies Irae resultó poco convincente, el Confutatis otro tanto, aunque algo mejor el Lacrimosa.
Del joven cuarteto solista no quiero castigarles mucho pero creo que aún les queda mucho trabajo por delante. En el Tuba mirum me costó escuchar al barítono irundarra (que no bajo aunque me insistan) pese a una orquesta "contenida", el Recordare me insinuó a María Fidalgo, pero en el Domine Jesu sufrí para paladear este concertante. El bellísimo Benedictus mostró las carencias de un tenor con quien Beatriz Díaz ya actuó.
Mozart es perfecto para cualquier músico, y en especial para los cantantes, pero desde su aparente sencillez se esconde mucho estudio para conseguir exprimirle y darle todo el sentido que cada nota atesora. En el caso de los solistas elegidos faltó un color de voz más homogéneo en toda su tesitura (el talón de Aquiles de muchos) pues no se trata sólo de dar las notas de la partitura (que lo hicieron) sino que necesitan conseguir volumen en el registro grave (difícil incluso para cantantes consgrados). Los fraseos están para respetarlos, las respiraciones son precisas y claras en la partitura, lo que se canta es una misa de difuntos y no arias de concierto, y en su "descargo" tal vez faltó un poco más de dirección, en el sentido de dirigir y no sólo concertar, a los solistas así como una interpretación más precisa y clara (¿personal?) de esta obra póstuma mozartiana a cargo del avilesino Rubén Díez que estaba al frente de "su formación", la cual bastante hizo con lograr un sonido aseado, sin excesos en ninguna sección y bastante correctos todos sus primeros atriles.
Curiosamente el "Ave Verum Corpus" KV. 618 que nos ofrecieron de propina resultó mucho mejor que la misa de difuntos (que me hizo rememorar versiones "menos ténebres" como la de Jordi Savall de hace muchos años), aunque tampoco resultase como esta del enlace:
Sí quiero destacar el esfuerzo por ofrecer conciertos populares con formaciones locales y solistas afianzándose en su carrera -de hecho ya hay grandes músicos- que están rodándose en este difícil mundo musical, lo que no me hará ser menos crítico con los resultados (aunque sé que me juzgarán para "ponerme verde" muchos padres, olvidando que cuanto escribo ES MI OPINIÓN). Dice otro refrán que "Lo cortés no quita lo valiente".
Lo dicho, requiem por unas vacaciones que están agonizando...
Con petardos en la calle rememorando los tiempos de Napoleón en pleno día grande (San Agustín) de la Villa del Adelantado de la Florida tras disfrutar con mis amigos avilesinos de una excelente comida en esta fiesta local, y abandonando la terraza con el cubata sin acabar para dirigirme a escuchar mi Requiem por las vacaciones (que están dando sus últimas bocanadas, eso sí, con la música siempre presente), entré con tiempo suficiente para encontrar sitio en una iglesia a rebosar y un público que tuvimos que esperar casi 15 minutos por el estruendo (exterior e interior) que no parecía disminuir.
Foto de Pablo, la música en Siana (móvil) |
Si mi visión no era la adecuada, el oído no suele traicionarme. La acústica de San Nicolás de Bari era perfecta para la obra, la plantilla orquestal parecía que también (aunque resultó algo pobre el volumen de la cuerda, que no excesivo el del viento) tal vez para evitar más desequilibrio en las voces: el coro "titula" que luchó con una obra que exige mucho (los pp correctos pero los ff quedaron en f), con una cuerda de bajos de escaso volumen y unas sopranos "tirantes" (por no escribir "chillonas") en las notas agudas.
El Dies Irae resultó poco convincente, el Confutatis otro tanto, aunque algo mejor el Lacrimosa.
Del joven cuarteto solista no quiero castigarles mucho pero creo que aún les queda mucho trabajo por delante. En el Tuba mirum me costó escuchar al barítono irundarra (que no bajo aunque me insistan) pese a una orquesta "contenida", el Recordare me insinuó a María Fidalgo, pero en el Domine Jesu sufrí para paladear este concertante. El bellísimo Benedictus mostró las carencias de un tenor con quien Beatriz Díaz ya actuó.
Mozart es perfecto para cualquier músico, y en especial para los cantantes, pero desde su aparente sencillez se esconde mucho estudio para conseguir exprimirle y darle todo el sentido que cada nota atesora. En el caso de los solistas elegidos faltó un color de voz más homogéneo en toda su tesitura (el talón de Aquiles de muchos) pues no se trata sólo de dar las notas de la partitura (que lo hicieron) sino que necesitan conseguir volumen en el registro grave (difícil incluso para cantantes consgrados). Los fraseos están para respetarlos, las respiraciones son precisas y claras en la partitura, lo que se canta es una misa de difuntos y no arias de concierto, y en su "descargo" tal vez faltó un poco más de dirección, en el sentido de dirigir y no sólo concertar, a los solistas así como una interpretación más precisa y clara (¿personal?) de esta obra póstuma mozartiana a cargo del avilesino Rubén Díez que estaba al frente de "su formación", la cual bastante hizo con lograr un sonido aseado, sin excesos en ninguna sección y bastante correctos todos sus primeros atriles.
Curiosamente el "Ave Verum Corpus" KV. 618 que nos ofrecieron de propina resultó mucho mejor que la misa de difuntos (que me hizo rememorar versiones "menos ténebres" como la de Jordi Savall de hace muchos años), aunque tampoco resultase como esta del enlace:
Sí quiero destacar el esfuerzo por ofrecer conciertos populares con formaciones locales y solistas afianzándose en su carrera -de hecho ya hay grandes músicos- que están rodándose en este difícil mundo musical, lo que no me hará ser menos crítico con los resultados (aunque sé que me juzgarán para "ponerme verde" muchos padres, olvidando que cuanto escribo ES MI OPINIÓN). Dice otro refrán que "Lo cortés no quita lo valiente".
Lo dicho, requiem por unas vacaciones que están agonizando...
P.D.: Comentario en LNE del Sábado 29, y críticas de Y. de Luis en "El Comercio" del Sábado 29 y Díana Díaz el Lunes 31.
Comentarios
Hay que ver cómo a caído el oficio de crítico desde los tiempos de Schumann o Berlioz.
PD: siempre publico los comentarios porque soy libre de hacerlo y mantendré mis ideales y mi amor por la música más allá de razonamientos