Disfrutamos con Albelo, Poblador... y Parra
Martes 30 de noviembre, 20:00 horas. Auditorio de Oviedo: VIII Concierto Homenaje a Alfredo Kraus. Milagros Poblador (soprano), Celso Albelo (tenor), Juan Francisco Parra (piano).
Programa ecléctico como se nos avanzaba, organizado en dos partes algo desiguales en contenido y resultados pero totalmente del agrado de un público operófilo como el asturiano que tiene muchas ganas de nuevas figuras, y las que pudimos escuchar están en el camino, con la familia Kraus invitada y disfrutando con este homenaje que llega a su octavo año, aunque la crisis también llega y no se pudo contar con una orquesta.
Le tocó inaugurar recital a Milagros Poblador con una Alcina desmasiado dura para una voz todavía sin calentar lo suficiente, aunque "apuntó cosas". El Tosti de Albelo es correcto pero creo que le faltó sentirlo o vivirlo un poco más (siempre he dicho que es compositor para nuestro Pixán). Volvió la soprano coloratura con Rossini, aunque de registro grave desigual y agilidades no siempre claras, pero reconozco la dificultad de este repertorio y más en recital sin una continuidad al organizarse alternando los cantantes. El llamado "sucesor de Kraus" por canario y repertorio, pasó el "exámen" con una de las páginas de "El tenor", el Spirto gentil que atacó sin problemas y sobrado en todos los aspectos aunque la referencia krausiana sigue estando como meta inalcanzable de momento, aunque color y técnica los tenga ya el "príncipe", disgustándome el modo de finalizar el aria, pero superando la prueba.
Linda de Chamounix es otro papel donde Gruberova se ha convertido en modelo pero en otra galaxia, aunque Milagros está trabajando y mucho para entrar en ella (con su Maestro "observando"). El dicho "las comparaciones son odiosas" creo que sirve para ambos, como escribía nada más salir del recital, pero siempre es de agradecer escuchar aunque sea en reducción para piano estas páginas. Quiero aquí destacar al excelente Juan Francisco Parra que domina perfectamente el siempre poco agradecido papel del mal llamado "pianista acompañante" porque tiene que hacer de orquesta donde no la hay, y en las páginas escritas ex-profeso (como Tosti y luego casi toda la segunda parte de la que comentaré igualmente) ser un concertista, pero dejó muestras de saber compartir protagonismo a la altura de los grandes, y un arte de concertar que supo mimar las voces, si bien es cierto que con su paisano ha ensayado y actuado muchísimo más (y eso se nota). Para el final de esta primera parte el todavía fresco "L'elisir" de Venecia (aún se habla y escribe de él, sobre todo el BIS de La furtiva) con Quanto è bella y el dúo Chiedi all'aura lusinghiera que me hubiera gustado escuchar con Beatriz Díaz además de "la Rancatore" o esta vez "la Poblador" que, con estar bien, yo no veo como Adina.
La segunda parte tendría puro sabor español, desde la canción de concierto hasta la zarzuela, sin olvidar los guiños a la música ligera como ya hiciese Kraus en su momento. Guridi, Rodrigo o Granados me recordaron a la gran Victoria de Los Ángeles pero por los temas más que la interpretación, algo faltos de mejor dicción y entrega en estos auténticos lieder hispanos, con un piano excelente en todas ellas. Sé que es cuestión de gustos, pero el color de voz de la soprano madrileña aún necesita muchos más matices y una paleta más homogénea.
Alfonso Esparza, Augusto Brandt o Agustín Lara sí gustaron por lo inhabituales en los tiempos que corren pero encajan muy bien en este tipo de recitales, máxime homenajeando a nuestro tenor más universal, hoy en el Olimpo de la Lírica, y pese a una escritura pianística algo floja para tan bellas melodías. El tenor tinerfeño volvió a recordar al canario en casi todos los sentidos.
Y para no olvidar un género que Kraus elevó a sus mayores cotas como es nuestra Zarzuela, Milagros Poblador nos dejó la dificilísima romanza de "Jugar con fuego" (Barbieri): Un tiempo que fue, con agilidades enormes bien resueltas pero adoleciendo nuevamente de escasa vocalización (aunque le paso cambiar "tirano amor" por "amar" para una mejor emisión y colocación) más la poquísima escuchada Un pobre nido de "El Húsar de la Guardia" (Giménez / Vives), mientras Celso Albelo cantaba dos de las romanzas más emblemáticas de Don Alfredo: Por el humo de "Doña Francisquita" (Vives) y la jota de "El Trust de los tenorios" (Serrano), con un piano "gigantesco" (como en todo el recital) y las cualidades de este tenor que en breve estará entre los grandes. Su color de voz igualado en todos los registros (algo muy raro actualmente) y una técnica excelente, sumado a una musicalidad aún en desarrollo, es lo que tenemos que pedir a todos los cantantes, masculinos y femeninos.
Programa ecléctico como se nos avanzaba, organizado en dos partes algo desiguales en contenido y resultados pero totalmente del agrado de un público operófilo como el asturiano que tiene muchas ganas de nuevas figuras, y las que pudimos escuchar están en el camino, con la familia Kraus invitada y disfrutando con este homenaje que llega a su octavo año, aunque la crisis también llega y no se pudo contar con una orquesta.
Le tocó inaugurar recital a Milagros Poblador con una Alcina desmasiado dura para una voz todavía sin calentar lo suficiente, aunque "apuntó cosas". El Tosti de Albelo es correcto pero creo que le faltó sentirlo o vivirlo un poco más (siempre he dicho que es compositor para nuestro Pixán). Volvió la soprano coloratura con Rossini, aunque de registro grave desigual y agilidades no siempre claras, pero reconozco la dificultad de este repertorio y más en recital sin una continuidad al organizarse alternando los cantantes. El llamado "sucesor de Kraus" por canario y repertorio, pasó el "exámen" con una de las páginas de "El tenor", el Spirto gentil que atacó sin problemas y sobrado en todos los aspectos aunque la referencia krausiana sigue estando como meta inalcanzable de momento, aunque color y técnica los tenga ya el "príncipe", disgustándome el modo de finalizar el aria, pero superando la prueba.
Linda de Chamounix es otro papel donde Gruberova se ha convertido en modelo pero en otra galaxia, aunque Milagros está trabajando y mucho para entrar en ella (con su Maestro "observando"). El dicho "las comparaciones son odiosas" creo que sirve para ambos, como escribía nada más salir del recital, pero siempre es de agradecer escuchar aunque sea en reducción para piano estas páginas. Quiero aquí destacar al excelente Juan Francisco Parra que domina perfectamente el siempre poco agradecido papel del mal llamado "pianista acompañante" porque tiene que hacer de orquesta donde no la hay, y en las páginas escritas ex-profeso (como Tosti y luego casi toda la segunda parte de la que comentaré igualmente) ser un concertista, pero dejó muestras de saber compartir protagonismo a la altura de los grandes, y un arte de concertar que supo mimar las voces, si bien es cierto que con su paisano ha ensayado y actuado muchísimo más (y eso se nota). Para el final de esta primera parte el todavía fresco "L'elisir" de Venecia (aún se habla y escribe de él, sobre todo el BIS de La furtiva) con Quanto è bella y el dúo Chiedi all'aura lusinghiera que me hubiera gustado escuchar con Beatriz Díaz además de "la Rancatore" o esta vez "la Poblador" que, con estar bien, yo no veo como Adina.
La segunda parte tendría puro sabor español, desde la canción de concierto hasta la zarzuela, sin olvidar los guiños a la música ligera como ya hiciese Kraus en su momento. Guridi, Rodrigo o Granados me recordaron a la gran Victoria de Los Ángeles pero por los temas más que la interpretación, algo faltos de mejor dicción y entrega en estos auténticos lieder hispanos, con un piano excelente en todas ellas. Sé que es cuestión de gustos, pero el color de voz de la soprano madrileña aún necesita muchos más matices y una paleta más homogénea.
Alfonso Esparza, Augusto Brandt o Agustín Lara sí gustaron por lo inhabituales en los tiempos que corren pero encajan muy bien en este tipo de recitales, máxime homenajeando a nuestro tenor más universal, hoy en el Olimpo de la Lírica, y pese a una escritura pianística algo floja para tan bellas melodías. El tenor tinerfeño volvió a recordar al canario en casi todos los sentidos.
Y para no olvidar un género que Kraus elevó a sus mayores cotas como es nuestra Zarzuela, Milagros Poblador nos dejó la dificilísima romanza de "Jugar con fuego" (Barbieri): Un tiempo que fue, con agilidades enormes bien resueltas pero adoleciendo nuevamente de escasa vocalización (aunque le paso cambiar "tirano amor" por "amar" para una mejor emisión y colocación) más la poquísima escuchada Un pobre nido de "El Húsar de la Guardia" (Giménez / Vives), mientras Celso Albelo cantaba dos de las romanzas más emblemáticas de Don Alfredo: Por el humo de "Doña Francisquita" (Vives) y la jota de "El Trust de los tenorios" (Serrano), con un piano "gigantesco" (como en todo el recital) y las cualidades de este tenor que en breve estará entre los grandes. Su color de voz igualado en todos los registros (algo muy raro actualmente) y una técnica excelente, sumado a una musicalidad aún en desarrollo, es lo que tenemos que pedir a todos los cantantes, masculinos y femeninos.
De propina nada menos que el Lamento de Federico de Cilea, y ese "Aria de la risa" de Adele en "El Murciélago" straussiano. Espero seguir escuchando a estos artistas, dignos continuadores de Alfredo Kraus Trujillo, para muchos "El Tenor".
P.D. 1: Reseña en LNE del miércoles.
P.D. 2: Crítica de Diana Díaz en LNE del jueves 2.
P.D. 3: Crónica rosa sin firmar (aunque supongo que de Regina Buitrago) en LVA del jueves 2.
P.D. 4: Crítica de Aurelio M. Seco en LVA del viernes 3.
P.D. 2: Crítica de Diana Díaz en LNE del jueves 2.
P.D. 3: Crónica rosa sin firmar (aunque supongo que de Regina Buitrago) en LVA del jueves 2.
P.D. 4: Crítica de Aurelio M. Seco en LVA del viernes 3.
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