Tentaciones sinfónicas
Jueves 2 de mayo, 20:00 horas. Conciertos del Auditorio, Oviedo: Xavier de Maistre (arpa), Oviedo Filarmonía, Marzio Conti (director). Obras de J. Guerrero, Ginastera y Tchaikovsky.
Continúa una semana de lo más musical que hace la vida un poco mejor. El titular de la formación capitalina volvió a apostar por la mezcla de obras, aunque pienso que la tentación vive arriba.
De Jacinto Guerrero (1895-1951) escuchamos la breve pero agradecida Jhaía: danza mora (1918), en edición de la Fundación Jacinto e Inocencio Guerrero y perfectamente explicada en las notas al programa por mi admirado Ramón Sobrino Sánchez, que leyéndole es casi como estar escuchando su siempre ameno e irónico verbo. Obra de juventud del toledano con giros arabizantes de su tierra natal ("boceto oriental" subtitulaba su estreno) y una orquestación grande que el Maestro Conti llevó con la frescura que sabe transmitir desde una memorización precisa capaz de sacar todo y más de la partitura.
El virtuoso francés Xavier de Maiestre fue el encargado de interpretarnos el Concierto para arpa y orquesta, Op. 25 (1956) del porteño Alberto Ginastera estrenado en 1965 por nuestro Nicanor Zabaleta. Tres movimientos bien contrastados y escritos aunque "la falta de experiencia previa de Ginastera con la sonoridad del arpa, le lleva a un frecuente tratamiento en bloques solo-tutti, para no tapar al solista, especialmente en el tercer movimiento" como escribe el Dr. Sobrino, lo que no impide disfrutar de una obra con referencias tanto al folklore argentino natal como a sus amigos y maestros. Impresionante el dominio del arpa por parte del intérprete que hace aún más grande la obra y perfecta concertación de Conti, atento al solista y encajando sin mayores problemas las complejidades rítmicas que esta orquesta afronta con seguridad. Emotivo el Molto moderato central con un lenguaje más cercano a sus contemporáneos y buen Vivace final con sonoridades potentes en todos los intérpretes, percusiones especialmente sin olvidar unos metales bien ensamblados.
La propina de El Carnaval de Venecia de Paganini en esta "paráfrasis" para arpa (y tos) no tuvo nada que envidiar a las guitarrísticas del gran Tárrega, con una demoníaca técnica que saca de un instrumento tan complejo sonoridades celestiales...
Palabras mayores es la Sinfonía nº 6 "Patética" en Si m., Op. 74 (Tchaikovski), probablemente la más escuchada y varias veces en este auditorio, nuestro aunque siempre haya público que aplauda al final del "ruidoso" Allegro molto vivace del tercer movimiento. La tentación de interpretarla debe ser grande en cualquier director aunque para toda orquesta supone una obra exigente para todas las secciones, y si no contamos con una plantilla equilibrada, incluso "agigantada", el resultado final siempre será inferior al deseado. Los músicos pueden darlo todo, como así sucedió, y entiendo que los metales no puedan contenerse aún a costa de engullirse a una cuerda mermada para esta magistral y póstuma sinfonía. Marzio Conti tiene más que interiorizada la obra pero reconocerá que faltó cuerpo en los tutti, pero sobre todo equilibrio.
La cuerda tiene pegada cuando puede y se le pide, musicalidad a raudales en toda ella, bien empastada con la madera, pero algo tapada cuando "los bronces" atacan sus ff. Timbales siempre mandando con reguladores contagiosos a toda la formación, percusión toda ella impecable. Impresionante el esfuerzo de todos, Conti el primero: contrastes bien buscados, melodías sonsacadas, tempi ajustados para saborerarlos, interpretación romántica a más no poder pero globalmente se me quedó pequeña. Enhorabuena por los momentos íntimos conseguidos en cellos o violas, sonido que comienza a personalizarse aunque pierda limpieza en los pasajes rápidos. Con todo siempre es una tentación placentera volver a escuchar "La Patética" en vivo.
Continúa una semana de lo más musical que hace la vida un poco mejor. El titular de la formación capitalina volvió a apostar por la mezcla de obras, aunque pienso que la tentación vive arriba.
De Jacinto Guerrero (1895-1951) escuchamos la breve pero agradecida Jhaía: danza mora (1918), en edición de la Fundación Jacinto e Inocencio Guerrero y perfectamente explicada en las notas al programa por mi admirado Ramón Sobrino Sánchez, que leyéndole es casi como estar escuchando su siempre ameno e irónico verbo. Obra de juventud del toledano con giros arabizantes de su tierra natal ("boceto oriental" subtitulaba su estreno) y una orquestación grande que el Maestro Conti llevó con la frescura que sabe transmitir desde una memorización precisa capaz de sacar todo y más de la partitura.
El virtuoso francés Xavier de Maiestre fue el encargado de interpretarnos el Concierto para arpa y orquesta, Op. 25 (1956) del porteño Alberto Ginastera estrenado en 1965 por nuestro Nicanor Zabaleta. Tres movimientos bien contrastados y escritos aunque "la falta de experiencia previa de Ginastera con la sonoridad del arpa, le lleva a un frecuente tratamiento en bloques solo-tutti, para no tapar al solista, especialmente en el tercer movimiento" como escribe el Dr. Sobrino, lo que no impide disfrutar de una obra con referencias tanto al folklore argentino natal como a sus amigos y maestros. Impresionante el dominio del arpa por parte del intérprete que hace aún más grande la obra y perfecta concertación de Conti, atento al solista y encajando sin mayores problemas las complejidades rítmicas que esta orquesta afronta con seguridad. Emotivo el Molto moderato central con un lenguaje más cercano a sus contemporáneos y buen Vivace final con sonoridades potentes en todos los intérpretes, percusiones especialmente sin olvidar unos metales bien ensamblados.
La propina de El Carnaval de Venecia de Paganini en esta "paráfrasis" para arpa (y tos) no tuvo nada que envidiar a las guitarrísticas del gran Tárrega, con una demoníaca técnica que saca de un instrumento tan complejo sonoridades celestiales...
Palabras mayores es la Sinfonía nº 6 "Patética" en Si m., Op. 74 (Tchaikovski), probablemente la más escuchada y varias veces en este auditorio, nuestro aunque siempre haya público que aplauda al final del "ruidoso" Allegro molto vivace del tercer movimiento. La tentación de interpretarla debe ser grande en cualquier director aunque para toda orquesta supone una obra exigente para todas las secciones, y si no contamos con una plantilla equilibrada, incluso "agigantada", el resultado final siempre será inferior al deseado. Los músicos pueden darlo todo, como así sucedió, y entiendo que los metales no puedan contenerse aún a costa de engullirse a una cuerda mermada para esta magistral y póstuma sinfonía. Marzio Conti tiene más que interiorizada la obra pero reconocerá que faltó cuerpo en los tutti, pero sobre todo equilibrio.
La cuerda tiene pegada cuando puede y se le pide, musicalidad a raudales en toda ella, bien empastada con la madera, pero algo tapada cuando "los bronces" atacan sus ff. Timbales siempre mandando con reguladores contagiosos a toda la formación, percusión toda ella impecable. Impresionante el esfuerzo de todos, Conti el primero: contrastes bien buscados, melodías sonsacadas, tempi ajustados para saborerarlos, interpretación romántica a más no poder pero globalmente se me quedó pequeña. Enhorabuena por los momentos íntimos conseguidos en cellos o violas, sonido que comienza a personalizarse aunque pierda limpieza en los pasajes rápidos. Con todo siempre es una tentación placentera volver a escuchar "La Patética" en vivo.
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