Beethoven actual y siempre joven

El CNDM que dirige con acierto Antonio Moral, ha programado un ciclo durante seis días con la integral de las 32 sonatas para piano de Beethoven a cargo de una generación de excelentes intérpretes que finalizan este domingo en la Sala Manuel García del Teatro Maestranza de Sevilla y repetirán en el Baluarte de Pamplona, tras su anterior paso por distintas ciudades de nuestra geografía, sumando los Estudios de György Ligeti (1923-2006) así como reestrenos de otros estudios para piano encargados o recuperados por el propio CNDM, siempre atento a mantener vivo nuestro patrimonio, más el de la literatura pianística a la que considero base para todos los públicos. Es el caso de Armando Alfonso López (1931), Carles Guinovart (1941), José Luis Greco (1953), Ramón Paus (1959), Jesús Rueda (1961), Ricardo Llorca (1962), Francisco Lara (1968) y los también pianistas Gustavo Díaz Jerez (1970) o José Menor (1977), no muy programados en las salas de concierto salvo honrosas excepciones y más en el caso de los propios compositores que también están en este ciclo como intérpretes. Con dudas comerciales tampoco suelen ser llevados a los estudios de grabación pero al menos compartirán protagonismo junto a los dos grandes protagonistas del ciclo "Beethoven actual".
De esta penúltima hornada de pianistas españoles, nueve elegidos para "La raíz de todo" que escribe Arturo Reverter para el propio CNDM, muchos de reconocida trayectoria internacional, quiero recordar hoy a dos intérpretes a las que sigo desde hace años, y que han hecho las dos últimas sesiones matutinas, por un lado la donostiarra JUDITH JÁUREGUI (1985) y por otro la ovetense CARMEN YEPES (1979) que cierra hoy junto a Miguel Ituarte este ciclo en la capital andaluza.

Interesante la trayectoria de la pianista vasca, su evolución tanto de solista como en música de cámara y con grandes orquestas, así como la arriesgada apuesta por tener un sello propio que le permite grabar lo que quiere y donde desee, consciente que un disco, como un libro, soportará el paso del tiempo mejor que Internet o las redes sociales, de las que por otra parte se nutre como herramienta para dar a conocer su agenda y trabajos.
Las obras que ha elegido Judith Jáuregui son cuatro sonatas de Ludwig van Beethoven (1770-1827), la Sonata nº2 en la mayor, op. 2, nº2, la Sonata nº13 en mi bemol mayor, op. 27, nº1, la Sonata nº25 en sol mayor, op. 79 y la Sonata nº4 en mi bemol mayor, op. 7, junto a los dos estudios de György Ligeti (1923-2006), el Estudio nº11, «En suspens» y el nº12, «Entrelacs» sumándose el Estudio para piano (2016) de José Luis Greco. Las notas al programa del gallego Reverter las dejo enlazadas en el programa sevillano.
Por su parte la asturiana Carmen Yepes que compagina su carrera docente en Madrid con los conciertos (algo que en nuestra tierra tendría prohibido), ha optado por el siguiente programa: de Beethoven la Sonata nº28 en la mayor, op. 101 y la brillante Sonata nº21 en do mayor «Waldstein», op. 53, para terminar con la bellísima nº31 en la bemol mayor, op. 110; de Ligeti el Estudio nº2, «Cordes à vide» y el Estudio nº8, «Fém», mientras que de Guinovart interpretará la Toccata «Al-Ándalus» (2016) para la que el propio compositor catalán le envió a la pianista una carta (dejo abajo un fragmento) explicando las líneas generales de esta obra que a buen seguro Carmen recreará como en ella es habitual, trabajadora y siempre atenta a las indicaciones de los buenos maestros que ha tenido y tiene, más aún al afrontar por vez primera una composición como la de Guinovart.
Fragmento de la carta-programa enviada por Carles Guinovart a Carmen Yepes sobre la Toccata «Al Ándalus» (28/03/17)
"Estimada Carmen: …Ya ves, Carmen, la composición se ha ido inclinando hacia lo español-andaluz y a la Toccata he tenido que añadirle el título (o subtítulo) de «Al Ándalus», como pequeña pista para el oyente. Puede parecer que apenas hay melodía, si bien la temática va emergiendo del tipo de pianismo, en los acentos expresivos dentro de un perpetuo staccato, casi pinzado clavecinístico, de tipo scarlattiano. Un carácter que no esconde, en su textura y dibujo, la resolución frigia (fa-mi) propia de la consabida cadencia andaluza y un mordente disonante,como juego acciaccaturado, finalmente compactado, como elemento de color. Observarás en la parte central, y en contraposición al toque secco que antecede, la escucha de la transparencia resonante, aquella que podría sugerir la contemplación del «Deserto stellato» en su inmensa vastedad, que recoge ecos y resonancias sutiles con sus amplias extensiones, registros sobreagudos y juegos de pedal. Escucha más bien de la larga extinción del sonido, para la cual no he escrito metrónomo ya que el tempo marca, se diría, fenomenológicamente (a la Celibidache) la nobleza del gran piano y la respuesta acústica de la sala. El intérprete más que tocar debe aquí escuchar, como enajenado, lo que su imaginación ofrece. Momento pues de descarga de tensión, dejándose ir…, suavemente, sin prisas. Respecto a la interpretación, ¡por mí no te preocupes! No sé, ahora que la pieza está terminada, hasta qué punto me pertenece. ¡Ahora te toca a ti! Haz tu versión con toda libertad; tienes, por lo que sé de ti, toda mi confianza. Así que no trabajes pendiente de mí. Si tu versión es sincera, después de un trabajo reflexivo, seguro que me gustará, tal como puede gustar, si la obra lo merece, a cualquiera que acuda como público interesado. Quizás sea una suerte no conocernos para que toques, desde la escritura, sin ningún tipo de prejuicio y, a la inversa de lo que se supone, seas tú la que, interpretándome, ayudes a descubrirme a mí mismo. La música, como la poesía, es un campo abierto de sugestiones que la enriquecen, según cada cual, expansionándola en múltiples lecturas, y la mantienen viva. Es el milagro creativo y transformativo del intérprete. Bueno Carmen, esta obra existe gracias a ti y a tu entorno (también al CNDM) y agradezco que me la hayas arrancado de las entrañas, pues es bastante visceral. Allí dormía en un limbo sin posibilidades de emerger, hasta que alguien la despertara. Y ahora puedo decir consumatum est. Muchas gracias. Seguimos en contacto".
Estaremos atentos a las críticas y sus respectivas agendas porque tanto Judith como Carmen son dos pianistas muy personales y pasionales que con estos repertorios estoy seguro harán vibrar a todo el público más allá de Sevilla o Pamplona. Como digo siempre "MUCHO CUCHO"© (mi versión asturiana con el excremento de vaca utilizado como abono, en vez de "Mucha mierda"y demás expresiones para desear suerte a los artistas como "Toi, toi, toi" o "In bocca al luppo").

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