Preparando el terrible
Miércoles 18 de octubre, 20:30 horas. Auditorio de Oviedo: Ensayo general XXVI Concierto Premios Princesa de Asturias. María Luisa Corbacho (mezzo), Alfredo García (barítono), Jorge Moreno (narrador), Coro de la FPA (director: José Esteban García Miranda); OSPA, Miquel Ortega (director). Sergéi Prokófiev: Iván el Terrible, op. 116 (cantata para narrador, mezzosoprano y bajo barítono, solistas, gran coro de voces mixtas y orquesta sinfónica, adaptación como cantata de Alexander Stasevich). Entrada libre con invitación.
Tanto la OSPA como el coro nos ofrecieron para abrir temporada una honrosa Carmina Burana y sin apenas respiro afrontan este concierto real con otra de las grandes páginas sinfónico corales que están en su repertorio, el Prokofiev de cine como en su momento fue Alexander Nevsky y ahora Iván el Terrible, todavía reciente en nuestra memoria, a cuyo ensayo general acudí ante la imposibilidad de hacerlo en el evento sociocultural de octubre, y menos aún al reducir el aforo en 500 localidades (cerrando la sala polivalente aunque ganando en acústica).
Todos sabemos qué supone un ensayo general con público, con detalles por pulir pero perfecta aproximación a lo que sonará al día siguiente y donde no faltó ni el Himno Nacional para abrir el concierto ni el de Asturias, cantado por todos los presentes, para cerrar.
Las partituras del ruso para las películas de Serguéi M. Einsenstein son verdaderas bandas sonoras para ejecutarse en vivo e Iván el Terrible mantiene todos los clichés asociados a la música popular rusa con capítulos variados donde pasamos de la voluptuosidad épica a los momentos líricos en cuanto a poesía con música reconvertidos en cantata con el excelente narrador gijonés que puso el complemento escénico.
Protagonismo casi total del Coro de la Fundación que está en un momento álgido capaz de afrontar una partitura agradecida para todos, rico en matices, especialmente en los números a capella, volúmenes generosos exigidos por la masa orquestal, empaste global y unas cuerdas que volvieron a brillar tanto por separado como en conjunto en una obra más que dominada. Mi felicitación a la formación que dirige mi querido Pepu.
Y si el coro madura con los años, nuestra orquesta es un lujo en cada sección, hoy reforzada por exigencias de la obra en vientos, percusión, arpas y algo menos en los contrabajos (se hubiesen agradecido dos más). Al maestro Miquel Ortega se le respeta y hay buenas sensaciones entre ellos, por lo que hubo un amplísimo espectro de dinámicas, ritmos y texturas, con una cuerda capaz de resultar hiriente o aterciopelada según se le reclame, y una homogeneidad tímbrica solo al alcance de las grandes, y la OSPA es una de ellas sin que me ciegue la pasión. Perfecto entendimiento con el podio y un despliegue épico de sonoridades, destacando la percusión (con el piano) para mantener ese empuje rítmico que esperamos encaje al detalle en el concierto, con unas campanas demasiado reales para un contexto coral.
También interesante la mezzo mallorquina María Luisa Corbacho algo tapada en los fuertes pero de color carnoso, aún más en la parte hablada, de registro central cómodo y agudos sin forzar en ningún momento, buena emisión y momentos de belleza vocal en sus solos.
La breve intervención del barítono madrileño Alfredo García en verdadera lucha con el coro masculino y el empuje orquestal se saldó con nota, supongo que "guardando munición" al ser un general pero generoso además de entregado como en él es habitual.
Esperamos que los últimos retoques ya a puerta cerrada ayuden a un concierto donde solo sea terrible este Iván IV, zar de Rusia "contado" en 1936 por el tocayo del cineasta con el maestro Ortega tan hecho como nuestros intérpretes.
Tanto la OSPA como el coro nos ofrecieron para abrir temporada una honrosa Carmina Burana y sin apenas respiro afrontan este concierto real con otra de las grandes páginas sinfónico corales que están en su repertorio, el Prokofiev de cine como en su momento fue Alexander Nevsky y ahora Iván el Terrible, todavía reciente en nuestra memoria, a cuyo ensayo general acudí ante la imposibilidad de hacerlo en el evento sociocultural de octubre, y menos aún al reducir el aforo en 500 localidades (cerrando la sala polivalente aunque ganando en acústica).
Todos sabemos qué supone un ensayo general con público, con detalles por pulir pero perfecta aproximación a lo que sonará al día siguiente y donde no faltó ni el Himno Nacional para abrir el concierto ni el de Asturias, cantado por todos los presentes, para cerrar.
Las partituras del ruso para las películas de Serguéi M. Einsenstein son verdaderas bandas sonoras para ejecutarse en vivo e Iván el Terrible mantiene todos los clichés asociados a la música popular rusa con capítulos variados donde pasamos de la voluptuosidad épica a los momentos líricos en cuanto a poesía con música reconvertidos en cantata con el excelente narrador gijonés que puso el complemento escénico.
Protagonismo casi total del Coro de la Fundación que está en un momento álgido capaz de afrontar una partitura agradecida para todos, rico en matices, especialmente en los números a capella, volúmenes generosos exigidos por la masa orquestal, empaste global y unas cuerdas que volvieron a brillar tanto por separado como en conjunto en una obra más que dominada. Mi felicitación a la formación que dirige mi querido Pepu.
Y si el coro madura con los años, nuestra orquesta es un lujo en cada sección, hoy reforzada por exigencias de la obra en vientos, percusión, arpas y algo menos en los contrabajos (se hubiesen agradecido dos más). Al maestro Miquel Ortega se le respeta y hay buenas sensaciones entre ellos, por lo que hubo un amplísimo espectro de dinámicas, ritmos y texturas, con una cuerda capaz de resultar hiriente o aterciopelada según se le reclame, y una homogeneidad tímbrica solo al alcance de las grandes, y la OSPA es una de ellas sin que me ciegue la pasión. Perfecto entendimiento con el podio y un despliegue épico de sonoridades, destacando la percusión (con el piano) para mantener ese empuje rítmico que esperamos encaje al detalle en el concierto, con unas campanas demasiado reales para un contexto coral.
También interesante la mezzo mallorquina María Luisa Corbacho algo tapada en los fuertes pero de color carnoso, aún más en la parte hablada, de registro central cómodo y agudos sin forzar en ningún momento, buena emisión y momentos de belleza vocal en sus solos.
La breve intervención del barítono madrileño Alfredo García en verdadera lucha con el coro masculino y el empuje orquestal se saldó con nota, supongo que "guardando munición" al ser un general pero generoso además de entregado como en él es habitual.
Esperamos que los últimos retoques ya a puerta cerrada ayuden a un concierto donde solo sea terrible este Iván IV, zar de Rusia "contado" en 1936 por el tocayo del cineasta con el maestro Ortega tan hecho como nuestros intérpretes.
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