Con viento inglés en popa... ¡y qué pianista!

Entrada original del día 2 de abril de 2011 a la 02:46 horas, y suprimida (censurada) por Blogger tras "denuncia" yanqui (de la DMCA, Digital Millennium Copyright Act). Quitados unos pocos links de la llamada "tierra de la libertad" (por si es parte de su "queja"), la dejo como estaba ¡y con MIS FOTOS!:

Viernes 1 de abril, 20:00 horas. Auditorio de Oviedo. OSPA, Concierto de Abono nº 9. Alexander Melnikov (piano), Rumon Gamba (director). Obras de Purcell, Prokofiev y Britten.
Cada vez se está poniendo más alto el listón para el próximo titular de nuestra OSPA, y llegaba esta vez un apellido ilustre de la dirección, Gamba, que "nos debía visita a Oviedo" tras suspenderse el concierto de la Orquesta S. de Islandia en el inicio de la crisis económica (enero de 2009).
Desde su llegada a Asturias se mostró "encantado con la receptividad de la OSPA", reconociendo que "es una orquesta abierta" así como las ganas de trabajar (si bien ésto no debería asombrar a nadie) y lo que más me gustó: "La OSPA tiene muchas ganas de llegar a un nivel superior". Como abonado ganas no me faltaban, y menos a la vista del programa, netamente británico y según el maestro "peligroso", aunque esperaba triunfar con él, lo que personalmente creo que hizo pero más por el trabajo de la orquesta que por su estilo directorial algo exagerado aunque logrando el objetivo de capitanear una nave capaz de afrontar calma chicha pero también auténtica mar brava.

Purcell puso a prueba la columna vertebral de nuestra formación con el Rondó de "Abdelazar" (que luego retomaría Britten) en un tempo poco reposado pero con sonoridad plena, seguido de la Chacona en Sol menor. mucho más "interiorizada" y siempre sin batuta como deseando plasmar la coralidad de estas joyas del barroco inglés donde faltó el clave para "redondear colores" en una cuerda cada vez más apabullante y con sonido propio.
(P. D. 1)
Y como una isla rusa en medio del mar británico, apareció el Concierto para piano nº 2 en Sol m., Op. 16 de Prokofiev, con Alexander Melnikov, un pianista portentoso a sus 38 años, poderoso pero íntimo, capaz de navegar en el mar proceloso y embravecido de este concierto "trágico y esotérico" como lo definió el propio maestro ruso, auténtica galerna pianística con pocos momentos para el remanso, dominador de la técnica pero también de la expresividad, con una pasión musical unida a la de piloto en una velada tan marina que surcaría en hidroavión. El Andantino tiene esa inmensa cadenza capaz de sobrevolar cielo y mar, tierna y tempestuosa, para desde el abismo del Scherzo: Vivace salir a flote en perfecta conjunción con la orquesta bien comandada por el contramaestre Gamba. Un poco menos de oleaje en el Intermezzo: Allegro moderato, sabedor que la llegada a puerto aún estaba lejana, pero dibujando la espuma que traería la tempestad (Finale: Allegro tempestoso) y la feliz arribada en amarre perfecto con nuestra galeón bien capitaneado por el británico. Radio Clásica lo grabó y cuando se emita podrá comprobarse la exactitud y precisión en el anclaje. Aún así, todavía tuvo fuerza "diabólica" para el "sarcasmo" con una propina del mismo Prokofiev nada "ridícula". Qué piloto, hablando un español perfecto, admirando el Prerománico Asturiano, y sobre todo ¡qué pianista!.

La segunda parte la llenaría Britten y seguiría plenamente marina con viento en popa: los Cuatro interludios marinos, Op. 33a de "Peter Grimes" (que se escuchará cerrando la próxima temporada en el Campoamor). Mosaico sonoro en cada uno de ellos, dominador de la instrumentación como ninguno, capaz de describirnos "estados de ánimo a través del paisaje y la naturaleza" (como bien explica Luis Suñén en sus notas al programa). Desde el Amanecer: Lento e tranquilo, remanso compartido entre cuerda con arpa y metales, bien articulado, pasando al Domingo por la mañana: Allegro spiritoso, primaveral como este primer viernes de abril, seguido por una Luz de luna: Andante comodo e rubato, reflejos sobre el mar bien logrados en un empaste nuevamente prodigioso de nuestra orquesta, y acabar con la Tormenta: Presto con fuoco, auténtico derroche sonoro que nuestra orquesta surcó con mano firme al timón. Obras así nos hacen gozar a todos, y los músicos responden a cualquier exigencia por grande que sea. Lo dicho, tendré que estar al tanto de la emisión radiofónica para volver a disfrutar.

Y para finalizar todo un examen para los músicos y una lección narrativa de Britten a partir del Rondó que abría el concierto: la Guía de orquesta para jóvenes "Variaciones y fuga sobre un tema de Purcell", Op. 34, esta vez sin narrador (atesoro un LP con Fernando Rey junto con "Pedro y el Lobo" casi rayado de tanto escucharlo) pero donde uno a uno nuestros músicos lo dieron todo siguiendo los múltiples gestos del Maestro Gamba. Ojalá fuese la plantilla completa aunque todos sonaron perfectos en ese repaso pedagógico por todas las familias orquestales a lo largo de las trece variaciones, sin olvidar una percusión pletórica, y haciendo que esta partitura sonase "de cine".
No recuerdo muchas propinas de la OSPA, por lo que repetir la Fuga supuso no ya una sorpresa para todos sino el examen final para subir nota: SOBRESALIENTE.
P. D. 1: Fotos de la OSPA en Facebook®.
P. D. 2: Javier Neira escribe del concierto en LNE del sábado 2, y Ramón Avello en El Comercio de Gijón.
P. D. 3: Critica de Diana Díaz y comentario de Pepe Monteserín en LNE del domingo 3.

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