Un Réquiem con dos...
Viernes 15 de abril, 20:00 horas. Auditorio de Oviedo, Concierto Extraordinario de Semana Santa: OSPA, Coro de la Fundación Príncipe de Asturias (maestro de coro: José Esteban García Miranda), María Espada (soprano), Klaus Häger (barítono), Maximiano Valdés (director). Un Réquiem Alemán, Op. 45 (Brahms).
Cuando se acerca la Semana Santa abundan los conciertos y programaciones "preparatorias" al peregrinaje personal de cada uno, bien desde la religiosidad, el ocio, el disfrute emocional o vaya usted a saber qué... Lo que es una feliz idea de nuestra OSPA programar cada año este concierto extraordinario fuera de abono, pero regalándonos a los "socios" la misma localidad que para el resto de la temporada. La noticia en la prensa regional era el "regreso de Valdés", incluso añadiendo "con orquesta y coro", lo que era cierto pero nada "noticiable" porque la obra programada así está escrita, y la vuelta del director chileno ahora en Puerto Rico, no era turística sino profesional.
En las entrevistas de prensa sigue haciendo referencia a nuestra formación y todo lo que aún puede dar de sí (mensaje directo no ya para la Gerente sino para el propio Consejo Rector en tiempos de hachazos por la crisis de la que ninguno tenemos la culpa), comentando que "es de lo mejor que hay en el Principado", supongo que se refiere a nivel cultural y exportable, pues en el terreno orquestal, pese a contar con varias formaciones, evidentemente la OSPA es la de TODOS, en nómina sufragada con los impuestos de todos los asturianos, a diferencia de las demás... Por último me sonroja leer su afirmación "La OSPA toca muy bien, es un placer dirigirla", como si fuese su primera vez. Realmente no voy a dedicarle más espacio pero si asegurar que la orquesta está mucho mejor desde su marcha voluntaria al otro lado del Atlántico.
Jueves en Gijón y viernes en Oviedo, la maravillosa, emocionante y difícil partitura brahmsiana, excelentemente comentada en las notas de Rafael Banús Irusta, así como las letras y su traducción al español, volvía en las voces de nuestro CORO "embajador de Asturias" y referencia tras sus recientes conciertos lisboetas más la gira mexicana, dura, agotadora y exigente por las obras allí cantadas, pero creo que personalmente les ha servido para alcanzar la excelencia del concierto. Fueron los auténticos protagonistas del Réquiem, obra que dominan hace tiempo afrontada desde la calidad de todas sus cuerdas, especialmente, y por el peso específico esta vez, de las sopranos pero sonando todos COMO NUNCA: afinados, empastados, equilibrados, potentes y seguros sin grito alguno, dulces, técnicamente perfectos, con unos pp que había olvidado en ellos, "gustándose", recreándose, disfrutando con cada número, con una proyección de las voces nunca tapadas por la orquesta (por otra parte no muy controlada en las dinámicas), colorido romántico en sus pasajes con el viento realmente conseguidos, y a capella recordándonos lo mejor de una agrupación que se ha enfrentado a lo más duro del repertorio sinfónico-coral siempre en primera línea y con voces de la tierra (la cantera también se nota). Enhorabuena a todos por el excelente trabajo realizado con Pepu, recogiendo por fin lo sembrado y recreándose en una partitura para coro realmente sublime, si bien Brahms siempre es un autor fetiche para ellos.
La segunda protagonista de este Requien alemán fue la extremeña María Espada (Mérida, 1969): solo su aria del quinto número (Ihr habt nun Traurigkeit) es suficiente para encumbrarla como voz de referencia en estos programas, por fin "desencasillada" del repertorio que la ha hecho trabajar con continuidad (Forma Antiqva la conoce de primera mano), y con un gusto exquisito, técnica y emisión excelente, más un color de voz personal y sobrecogedor para este Brahms, hicieron que finalmente el Réquiem fuese "cosa de dos" (por no repetir mi titular "con un par").
Bien el reconocido barítono alemán Klaus Häger (1965), que sustituyó al inicialmente programado Michael Nagy, perfecto complemento solístico de la mezzo, no muy ayudado en los graves por la dinámica orquestal, aunque sí por el coro, magnífico de nuevo, y en un repertorio para su voz de barítono que domina creo incluso mejor que el operístico que le está haciendo triunfar desde hace años. Sus intervenciones resultaron convincentes y no un mero trámite, con momentos de tensión contenida (Herr, lehre doch mich) que llegaron a conmover.
De nuestra orquesta, hoy lo mejor resultó el viento, madera con solistas realmente implicados, y un metal que por momentos sonó organístico. A la cuerda, hoy colocada "académicamente" (desconozco la razón del director de cambiar su criterio), le faltó tensión y sobre todo "pegada" en los graves, como con cierta desgana para una obra que no da respiro tampoco a ella y donde se limitaron a seguir la partitura. Claro que desde el podio sólo les marcaron dinámica, agógica y poco más...
Lo dicho, esta vez destacaron EL CORO y MARÍA, "Un Réquiem con dos".
Cuando se acerca la Semana Santa abundan los conciertos y programaciones "preparatorias" al peregrinaje personal de cada uno, bien desde la religiosidad, el ocio, el disfrute emocional o vaya usted a saber qué... Lo que es una feliz idea de nuestra OSPA programar cada año este concierto extraordinario fuera de abono, pero regalándonos a los "socios" la misma localidad que para el resto de la temporada. La noticia en la prensa regional era el "regreso de Valdés", incluso añadiendo "con orquesta y coro", lo que era cierto pero nada "noticiable" porque la obra programada así está escrita, y la vuelta del director chileno ahora en Puerto Rico, no era turística sino profesional.
En las entrevistas de prensa sigue haciendo referencia a nuestra formación y todo lo que aún puede dar de sí (mensaje directo no ya para la Gerente sino para el propio Consejo Rector en tiempos de hachazos por la crisis de la que ninguno tenemos la culpa), comentando que "es de lo mejor que hay en el Principado", supongo que se refiere a nivel cultural y exportable, pues en el terreno orquestal, pese a contar con varias formaciones, evidentemente la OSPA es la de TODOS, en nómina sufragada con los impuestos de todos los asturianos, a diferencia de las demás... Por último me sonroja leer su afirmación "La OSPA toca muy bien, es un placer dirigirla", como si fuese su primera vez. Realmente no voy a dedicarle más espacio pero si asegurar que la orquesta está mucho mejor desde su marcha voluntaria al otro lado del Atlántico.
Jueves en Gijón y viernes en Oviedo, la maravillosa, emocionante y difícil partitura brahmsiana, excelentemente comentada en las notas de Rafael Banús Irusta, así como las letras y su traducción al español, volvía en las voces de nuestro CORO "embajador de Asturias" y referencia tras sus recientes conciertos lisboetas más la gira mexicana, dura, agotadora y exigente por las obras allí cantadas, pero creo que personalmente les ha servido para alcanzar la excelencia del concierto. Fueron los auténticos protagonistas del Réquiem, obra que dominan hace tiempo afrontada desde la calidad de todas sus cuerdas, especialmente, y por el peso específico esta vez, de las sopranos pero sonando todos COMO NUNCA: afinados, empastados, equilibrados, potentes y seguros sin grito alguno, dulces, técnicamente perfectos, con unos pp que había olvidado en ellos, "gustándose", recreándose, disfrutando con cada número, con una proyección de las voces nunca tapadas por la orquesta (por otra parte no muy controlada en las dinámicas), colorido romántico en sus pasajes con el viento realmente conseguidos, y a capella recordándonos lo mejor de una agrupación que se ha enfrentado a lo más duro del repertorio sinfónico-coral siempre en primera línea y con voces de la tierra (la cantera también se nota). Enhorabuena a todos por el excelente trabajo realizado con Pepu, recogiendo por fin lo sembrado y recreándose en una partitura para coro realmente sublime, si bien Brahms siempre es un autor fetiche para ellos.
La segunda protagonista de este Requien alemán fue la extremeña María Espada (Mérida, 1969): solo su aria del quinto número (Ihr habt nun Traurigkeit) es suficiente para encumbrarla como voz de referencia en estos programas, por fin "desencasillada" del repertorio que la ha hecho trabajar con continuidad (Forma Antiqva la conoce de primera mano), y con un gusto exquisito, técnica y emisión excelente, más un color de voz personal y sobrecogedor para este Brahms, hicieron que finalmente el Réquiem fuese "cosa de dos" (por no repetir mi titular "con un par").
Bien el reconocido barítono alemán Klaus Häger (1965), que sustituyó al inicialmente programado Michael Nagy, perfecto complemento solístico de la mezzo, no muy ayudado en los graves por la dinámica orquestal, aunque sí por el coro, magnífico de nuevo, y en un repertorio para su voz de barítono que domina creo incluso mejor que el operístico que le está haciendo triunfar desde hace años. Sus intervenciones resultaron convincentes y no un mero trámite, con momentos de tensión contenida (Herr, lehre doch mich) que llegaron a conmover.
De nuestra orquesta, hoy lo mejor resultó el viento, madera con solistas realmente implicados, y un metal que por momentos sonó organístico. A la cuerda, hoy colocada "académicamente" (desconozco la razón del director de cambiar su criterio), le faltó tensión y sobre todo "pegada" en los graves, como con cierta desgana para una obra que no da respiro tampoco a ella y donde se limitaron a seguir la partitura. Claro que desde el podio sólo les marcaron dinámica, agógica y poco más...
Lo dicho, esta vez destacaron EL CORO y MARÍA, "Un Réquiem con dos".
Comentarios