Mr. Griffiths, ¡quédese con nosotros!


Entrada original del día 6 de noviembre de 2009, y suprimida (censurada) por Blogger© tras "denuncia" yanqui (de la DMCA, Digital Millennium Copyright Act). Quitados unos pocos links de la llamada "tierra de la libertad" (por si es parte de su "queja"),  y una foto que no estaba sacada por mí, el resto queda como estaba ¡CON MIS FOTOS y gratitud a Ne-Re, Ana Mateo, y al Maestro Griffiths, Of course!



Nerea Barrena, Ana Mateo y H. Griffiths

Viernes 6 de noviembre, 20:00 horas. Auditorio de Oviedo. OSPA, Johannes Moser (violonchelo), Howard Griffiths (director). Obras de Mendelssohn, R. Schumann y Dvorak.
Concierto nº 3 de la Temporada regular de la OSPA en Oviedo, que en dos semanas nos ha traído dos conciertos de Schumann, otro chelista muy distinto a Capuçon y al maestro Griffiths que nos ha dejado un concierto que perseguiré por Radio Clásica (suele grabarlos todos y también el de esta velada) para intentar grabarlo, porque es de los que hacen afición y dan alegría a la mejor formación orquestal que podamos tener no ya en Asturias sino actualmente en España. Cuando hay complicidad con la batuta y un excelente trabajo previo, el resultado tiene que ser necesariamente MEMORABLE.
A las 19:00 horas nos dirigimos a la conferencia previa que organiza la propia OSPA con la colaboración del Departamento de Musicología (así seguiremos llamando al de Historia del Arte y Musicología, con si titulación en Historia y Ciencias de la Música) de la Universidad de Oviedo, donde una de sus profesoras, Nerea Barrena de la Rúa, autora también de las notas al programa, disertaría sobre "El sinfonismo en Dvorak", centrándose en la Sinfonía nº 8 en sol mayor, Op. 88 que escucharíamos como cierre del concierto. La sorpresa fue encontrarnos con Mr. Griffiths traducido por la gerente de la OSPA Ana Mateo, haciéndonos un speech impagable por lo docta y a la vez simpática visión de las tres obras que escucharíamos a continuación, antes de ceder la palabra a la profesora vasca Nerea Barrena.
El concierto comenzaba con la obertura "Meeresstille und gluckliche Fahrt" (Mar en calma y próspero viaje, Op. 27 en Re mayor) de Mendelssohn, donde nuestra orquesta siguió escrupulosamente todas y cada una de las indicaciones del maestro inglés, con esa conducción tan expresiva como resultó la obra, sonando como nunca de empaste, afinación en todas las secciones, dinámicas impresionantes y primeros atriles impecables. Qué mejor forma de abrir lo que vendría después.
El Concierto para violonchelo en la menor, op. 129 de Schumann con Johannes Moser de solista nos trajo la otra gran obra concertística del maestro alemán tras el de piano, interpretado en un Stefano Scarampella (donado a través de la Deutsche Stifftung Musikleben y Siemens). Una de las obras predilectas de nuestro Pau Casals, el solista alemán de sonido muy peculiar consiguió arrancarle a la joya italiana desde rugidos o gruñidos hasta llantos, fortaleza y templaza cual virtudes básicas de un virtuoso, y una total complicidad con el maestro Griffiths que ya hubiese querido Carmen Yepes con el suyo de piano. De nuevo el diálogo como auténtico sentido de "concertar" (impresionante exquisitez el dúo con el gijonés Juan Carlos Cadenas, como es habitual en él) y el perfecto equilibrio en cada parte solista nos dejó una sobria interpretación no exenta de momentos cristalinos y con un raro lirismo germano (en especial la cadenza) siempre de agradecer. La propina no podía ser otra que Bach y la Sarabande de la Suite nº 4 en Mi bemol Mayor, BWV 1010 donde evocó desde el cello la viola de gamba barroca. Intérprete e interpretación que llegaron plenamente al público.
Y lo mejor aún estaba por llegar en la segunda parte con esa joya del sinfonismo que es el Dvorak de la Sinfonía nº 8 en sol mayor, Op. 88 donde cada uno de sus cuatro movimientos fueron dignos de toda una conferencia o de una extensa crónica que no voy a hacer, limitándome a reflejar la calidad cercana a la excelencia de TODOS Y CADA UNO DE LOS SOLISTAS de la orquesta, imposible mencionarlos a todos. Destacar la emoción que me provocó especialmente el Adagio, de nuevo con una orquesta plena en el amplio sentido de la palabra, el contenido Allegretto grazioso sin caer en el "tópico ritmo ternario" con un rubato que sonó "solista en la orquesta" (por lo compacta) a lo largo de todo el movimiento, más ese final de melodía tan pegadiza (no sé porqué me evoca siempre la parte de la romanza de tenor de La canción del olvido donde dice "perdonad, por favor..."), final potente sin caer en la exaltación, que es el Allegro ma non troppo. Otra vez la perfecta complicidad con los músicos desde una dirección clara de esta sinfonía, expresiva pero sin grandilocuencia ni aspavientos, sentida, atenta a cada detalle, con mimo artesano en las múltiples melodías folklóricas checas que llenan la partitura, por otra parte tan inglesa como el propio Mr. Griffiths (hoy afincado en Zürich) quien en la conferencia previa presumía de tantos músicos "adoptados" por su país, incluído Dvorak que tantas veces viajó a Gran Bretaña, y donde en 1891 la Universidad de Cambridge le otorgó por esta obra el título de Doctor honoris causa.
Por una vez el aplauso no sólo fue cálido y clamoroso sino UNÁNIME. Y viendo que se busca director titular para la próxima temporada, que es conocido (creo que es su tercera visita) y a la vista de esta común unión del maestro con músicos y público, sólo me queda decir: Mr. Griffiths, ¡quédese con nosotros!.
P.D. 1: Volvieron a coincidirme varios eventos musicales a los que me hubiese gustado asistir, aunque la elección fue libre y finalmente resultó única, queriendo citar la gala coral solidaria de la Fundación Padrinos Asturianos en el Teatro Filarmónica, o el arranque del V Ciclo Maestro de la Roza en la Iglesia de San Isidoro con los coros de la Catedral alemana de Fulda dirigido por Franz-Peter Huber, que mañana estarán en Covadonga con la Escolanía pero que otro concierto lírico me hace quedar en Oviedo, y también benéfico (me estoy quedando sin un euro, pero todo sea por la música solidaria).
P.D. 2: Crítica de Diana Díaz en LNE del lunes 9.

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