Astorga en el Festival de León

Domingo 25 de septiembre, 19:00 horas. Catedral de Astorga: Ignacio Ribas Tálens (órgano). Obras de Noguera Guinovart, Usandizaga, Guridi y Cruz-Guevara.
Sigo escapándome a algunos conciertos del XXVIII Festival Internacional de Órgano de León, esta vez para escuchar un instrumento de siempre con obras de hoy, tras el estreno el día anterior en Ponferrada del accesit y la obra ganadora del XXXI Concurso de Composición para Órgano "Cristóbal Halfter" que organiza el Instituto de Estudios Bercianos, una apuesta por autores para el rey de los instrumentos, que el impecablemente restaurado de Astorga ayudó y mucho a disfrutar de todas ellas, y qué mejor marco que el Festival de Órgano.
 
Antonio Noguera Guinovart (1963) logró el accesit 2010 con su "Álbum de órgano ibérico", Op. 113, del que escuchamos Cuatro extractos: Coral: "Gere curam mei finis" (Imploro piedad en mi final), lento y con notas largas en lenguaje disonante a partir de unos registros medios; Coral figurado "Maria Matrem Virginem" (A María Virgen Madre) en el mismo idioma atonal pero con una melodía en la mano derecha más fluída y contestada por la izquierda con notas pedales largas, con gran variedad en los registros incluso cuando el tema pasaba a la "siniestra"; Tocata I, de recuerdo barroco más allá de la forma empleada desde el lenguaje actual disonante a base de continuos contrastes entre tutti y registros octavados, jugando nuevamente con la tímbrica tan amplia que tiene el órgano maragato; Monodia I: "Kyrie eleison" (Señor ten piedad), mano derecha sola en puro cantábile a una voz, monodia pura y llena de colorido que sólo puntualmente buscaba plenos y desnudos en las mínimas dos voces disonantes antes del retorno monódico para finalizar con esa segunda final tenida cual boca cerrada del kyrie. Obra la de Noguera mostrando buen oficio de total vigencia y dificultad interpretativa bien resuelta por Ribas en un órgano exprimido al máximo.
 
De José María Usandizaga (1887-1915) pudimos escuchar dos joyas plenamente románticas y francesas de sabor:
Pieza Sinfónica, con cinco movimientos sin tregua: un Lento en pedalier protagonista y unos registros cercanos al color del armonio, un Andante de lo más clásico con plenos muy conseguidos, el Cantabile hermoso en todos los aspectos, el Allegro virtuoso en teclados, jugando con unos crescendo al "tutti" rotos súbitamente a los pianísimos en la mano derecha, y finalizando con el Lento nuevamente íntimo, equilibrado y romántico.
Fantasía con tres partes mantuvo el ambiente parisino de los españoles desde el Andante con un flautado de 16' redondo, mano derecha con adornos frente a una izquierda plena muy piano y los pedales en "pizzicato" donde los plenos rememoraban parte del "Suspiros de España" en unos flautados 4' que daban paso al Vivo de nueva reminiscencia hispana en el París musical, para finalizar ese Andante a modo de marcha triunfal. Nuevo derroche sonoro y técnico a cargo del organista valenciano.
También Jesús Guridi (1886-1961) compuso para órgano y con influencias tan francesas o más que su malogrado paisano. Pudimos disfrutar de dos muy emparentadas entre sí:
Interludio, perfecto en su ubicación dentro del programa, contrastando registros y temas con un pedal delicado y un trémolo en su sitio, y
Ofertorio, comenzando Largamente evocador del mejor Fauré con una registración en la mano derecha increíblemente dulce y muy expresiva; el Allegro volvió con los constrastes sonoros aunque de sonido muy norteamericano, quién sabe si deudor de los coqueteos con Hollywood, al igual que el Assai vivo que sirve de derroche tímbrico en los tres teclados. Excelencia y buen gusto en la elección sonora por parte del maestro Ribas.
Para cerrar la obra ganadora del concurso citado, Neshamâ (alma) del almeriense Juan Cruz-Guevara, en cuatro movimientos clásicos pero con lenguaje y registros de lo más contemporáneos, bien buscados por el organista valenciano (que se está convirtiendo en un auténtico especialista en estrenos de esta envergadura) y bien explicada en las notas al programa por el propio compositor, añadiendo de mi cosecha para cada uno de ellos, y cual viaje de ida y vuelta en doce minutos largos, algunas pinceladas:
Senza tempo, con flautados y trinos envolventes con el silencio importante para realzar aún más los clímax sonoros, Allegretto, cortante, melodías en graves, "tutti" largos rebotando en las piedras, nuevos trinos disonantes y con cambios de registros interrumpidos por melodías deformes, Allegro, duro, poderoso, nuevas ventanas acústicas reelaborando trinos ascendentes y descendentes sin apenas respiro, con breves silencios fantasmagóricos, disonancias tenidas, y finalmente Senza tempo, recuperando la textura de armonio, el aliento en el agudo, escalas por bloques sonoros, todo ello aderezado por las agudísimas campanadas de la Catedral que se sumaron al discurso sonoro, volviendo cual círculo virtuoso al inicio.
Una explosión sonora que me tomé como regalo en el tercer aniversario de este blog que nació para compartir mis sensaciones en los conciertos, agradeciendo el seguimiento (que compruebo en el contador de visitas y estadísticas siempre esperanzadoras) desde corazones amigos en tierras a veces lejanas pero muy cerca del corazón, como la música que compartimos. A fin de cuentas la cabecera de "La Música en Siana" continúa diciendo "Desde esta aldea en la ladera de Mieres, al mundo y con la Música por montera". Y el nuevo curso escolar no ha hecho más que empezar.

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