Concierto solidario sin crisis
Entrada original del día 12 de diciembre de 2008 a las 00:55 horas, y suprimida (censurada) por Blogger© tras "denuncia" yanqui (de la DMCA, Digital Millennium Copyright Act). No hay links de la llamada "tierra de la libertad" (por si es parte de su "queja"), así que la dejo como estaba ¡y CON EL LOGO!:
Jueves 11 de diciembre de 2008, 20:00 horas. Auditorio de Oviedo, Concierto a beneficio de Manos Unidas en su "Campaña contra el hambre", un concierto con los coros de la Fundación Príncipe de Asturias. Para mí un concierto de amigos porque conozco a los directores y a la mayoría de coristas, y aunque realmente el evento merecía mayor asistencia y educación (lo de los móviles y las toses ya es de Juzgado de Guardia), no podía faltar a escuchar mis coros. Arrancaron unos 30 "pequeñines" del Coro Infantil que dirije Natalia Ruisánchez, con una media de edad no superior a 5 años y con la espontaneidad tanto en el cantar como en la escena, acompañados al piano por Sonia Suero. La dirección de Natalia es una maravilla de gesto, pedagogía, guiños con los "críos" y dominio del repertorio en una mujer que además de profesora de Instituto (de música, como yo), tiene la carrera de canto, es componente del coro "grande" y ha dirigido el Coro Universitario de Oviedo antes de los "movimientos de ficha" que la "sacaron" sin haberle reconocido su excelente labor. "Su coro infantil" nos deleitó con dos canciones, la tradicional zulú Tula, Tula y El cumbanchero" de R. Hernández en arreglo de K. Stannard, con puesta en escena incluida. Luego se sumaron otras 54 voces hasta los 14 años para cantar Con tomillu y romeru de A. Ruiz Martínez, Panis angelicus de C. H. Kitson, el Somewhere del West Side Story de Bernstein en arreglo de Carl Bertil Agnestig, un villancico francés y la muy escuchada en los coros infantiles Alas de ensueño del japonés K. Murai.
Jueves 11 de diciembre de 2008, 20:00 horas. Auditorio de Oviedo, Concierto a beneficio de Manos Unidas en su "Campaña contra el hambre", un concierto con los coros de la Fundación Príncipe de Asturias. Para mí un concierto de amigos porque conozco a los directores y a la mayoría de coristas, y aunque realmente el evento merecía mayor asistencia y educación (lo de los móviles y las toses ya es de Juzgado de Guardia), no podía faltar a escuchar mis coros. Arrancaron unos 30 "pequeñines" del Coro Infantil que dirije Natalia Ruisánchez, con una media de edad no superior a 5 años y con la espontaneidad tanto en el cantar como en la escena, acompañados al piano por Sonia Suero. La dirección de Natalia es una maravilla de gesto, pedagogía, guiños con los "críos" y dominio del repertorio en una mujer que además de profesora de Instituto (de música, como yo), tiene la carrera de canto, es componente del coro "grande" y ha dirigido el Coro Universitario de Oviedo antes de los "movimientos de ficha" que la "sacaron" sin haberle reconocido su excelente labor. "Su coro infantil" nos deleitó con dos canciones, la tradicional zulú Tula, Tula y El cumbanchero" de R. Hernández en arreglo de K. Stannard, con puesta en escena incluida. Luego se sumaron otras 54 voces hasta los 14 años para cantar Con tomillu y romeru de A. Ruiz Martínez, Panis angelicus de C. H. Kitson, el Somewhere del West Side Story de Bernstein en arreglo de Carl Bertil Agnestig, un villancico francés y la muy escuchada en los coros infantiles Alas de ensueño del japonés K. Murai.
A continuación le tocó el turno al Joven Coro (entre 15 y 21 años, aunque algunos están acudiendo con el "grande") que dirige José Ángel Embil Miranda, otra joya de la dirección coral y con un coro que es maravilloso escucharlo, pocas voces (7 graves y 21 blancas) pero tan bien empastadas, con un gusto en el cantar y una selección de repertorio que, personalmente, es de lo mejor que tenemos. Sólo comento las obras, sin entrar en arreglos, armonizaciones o detalles técnicos: Blue Moon de B. Holiday, Stand By Me de Ben E. King, Only You de Vince Clark, Deke Shanon y Anne Raugh, Mamma mia de Abba, el Canon de Pachelbel (adaptado por el propio José Ángel), dos anónimos del Cancionero de Upsala, el Ding! Dong! Merrily On High! tradicional francés y de Gil-Tárrega, finalizando con un arreglo coral del gran músico valenciano Eduardo Cifré del villancico castellano Ya viene la vieja. Lo dicho, maravilloso.
El cierre lo puso el Coro "grande" que dirige José Esteban García Miranda (Pepu para los amigos), y que lleva un mes de conciertos que hemos ido comentando en el Blog. En los tres dificilísimos Lieder de Schubert (los Op. 28, D 43 y Op. 112, nº1) acompañados al piano por Óscar Camacho, el coro demostró que este repertorio (como en su tiempo Brahms) le va como anillo al dedo, dando una lección de profesionalidad sólo comparable, sino mejor, al Orfeón Donostiarra (espejo en el que se miró como ejemplo a seguir). Siguieron con otra obra ya trabajada por el coro, los también difíciles de afinar y cantar Cantos de la tierra del argentino afincado en España Dante Andreo, con textos de Federico García Lorca, obra coral que no todas las agrupaciones se atreven por la técnica y afinación tan depurada que exige, muy del gusto de Pepu, que supo llevarlas con toda la carga emotiva lorquiana de la letra. Por problemas gripales del tenor y soprano solistas (contraídos por muchos de los cantantes en su actuación belga) se "cayeron" del programa dos temas asturianos pero que fueron reemplazados, en la misma línea de la obra de Andreo, por los Tres epitafios (con texto de Cervantes y música de Rodolfo Halfter, (otro de los llamados músicos de la generación del silencio) seguidos por un Vite, vite de mi recordado Benito Lauret para concluir el programa. El primer bis muy de la tierra con el Soy Vaqueiru y el regalo final de un excelente arreglo con piano "made in Broadway" del archiconocido y muy apropiado Noche de Paz de Franz Gruber (el villancico más escuchado y cantado en el mundo) con todos los coralistas y pianistas en un tutti que nos dejó un excelente "sabor de oido".
P.D. Dejo los links de la crítica de Diana Díaz en LNE sobre la ópera del avilesino Ramón Garay, la "Camerata Rey Silo" que actuó en la Sociedad Filarmónica de Oviedo, el "calentamiento" de la próxima representación operística con El Barbero de Sevilla y la llegada de los distintos cantantes, destacando el granaíno casi carbayón (dícese del natural de Oviedo y del pastel típico de igual nombre; también árbol totémico ovetense) José Manuel Zapata dando la primera entrevista que nos deparará el elenco de la función.
Por tiempo y espacio no comento la crítica del PSOE al "detalle" del Ayuntamiento PP de Oviedo por "regalar", próximamente, una "función privada" de Zarzuela a los asistentes de un Congreso Médico en la capital del Principado (que por otra parte presume -a veces con razón-de ser capital musical, concierto de fin de año incluido). Hay cosas que se comentan solas y todos SOMOS LIBRES DE OPINAR.