OSPA en solidaridad con Haití: muerte y esperanza
Viernes 15 de enero, 20:00 horas. Auditorio de Oviedo. Concierto de abono de la OSPA, con Jean-Philippe Collard (piano); director: Max Valdés. Obras de Fabián Panisello (1963), Ravel y Schubert-Mahler.
Cierto "halo de muerte" flotaba en el ambiente ya en las obras elegidas y unas excelentes notas al programa de Rafael Banús Irusta, precisamente tituladas "Danzas de la muerte" que se confirmaron al dedicar el concierto a las víctimas del terremoto de Haití. Con todo lo que ello conlleve y a la vista del resultado final, incluyendo naturalmente el musical, aunque resulte una expresión manida siempre conviene recordar que tras la muerte hay esperanza, incluso en Haití: más pobre imposible y deseando que renazca tras esta última desgracia con ayuda de todos.
Sin querer parecer pájaro de mal agüero, pues sólo confirmo lo que todos sabemos, estamos en la última temporada de nuestro director titular, "muerte" también tras una "larga vida de 16 años" entre nosotros, pero también "esperanza" en el futuro porque "nuestra" OSPA es capaz de darnos lo mejor en cada concierto a pesar de... todo lo que queramos añadir y que muchos entenderán perfectamente.
La velada arrancaba con la selección de tres de los cinco Cuadernos para orquesta (2004) -los centrales- del director y compositor argentino, Fabián Panisello (1963), presente en la sala, quien saludó desde el escenario y desde su butaca al finalizar la interpretación. Obra difícil de ejecución para una plantilla de orquesta plena donde, como parece ser "sello" de los compositores actuales, se incluyen contrafagot, clarinete bajo, piano, celesta y percusión más que abundante con parches variados en el amplio sentido de la palabra. Con ella obtuvo el Primer premio Iberoamericano Rodolfo Halfter de composición 2004, obra muy trabajada dinámicamente desde unos tutti impresionantes hasta unos ppp increíbles, así como con una reelaboración armónica y tímbrica en el tercer movimiento -segundo del concierto- de dos corales de Bach: Christ lag in Todesbanden y Heute ist ein grosser Trauertag (Cristo yacía en los lazos de la muerte y Hoy es un gran día de tristeza), todo muy simbólico con esa presencia evidente de la parca, tal como nos cuenta R. Banús en sus notas, "durante su elaboración falleció el padre del autor, a cuya memoria está dedicada la composición", donde nuestra orquesta sonó como en las notas al programa define la obra: "maciza, cambiante, muy atractiva en su variedad y en su unicidad y denota el profundo conocimiento de Panisello sobre la escritura musical así como su deseo de vincular el espectro armónica completo a los modos antiguos de una forma totalmente original y extremadamente personal". Las toses revelaron que al público mayoritariamente no le gustó mucho, aunque personalmente no sólo me encantó sino que me llena de satisfacción la renovación del repertorio (y creo que es de los "caprichos de Max" en su temporada de despedida) que toda orquesta de calidad (como la OSPA) debe hacer, apostando por obras difíciles para todos que acabarán siendo también "clásicas" con el tiempo, aunque no las lleguemos a ver como tales.
Para finalizar esta primera parte nos llegó el Concierto para piano en re mayor "para la mano izquierda" (1929-1930) de Ravel con el pianista francés y la orquesta assturiana sonando en su plenitud, perfectamente concertados por Valdés que de nuevo demostró saber acompañar a los pianistas solistas, sumando fuerzas para lograr sacar toda la riqueza de la orquestación del gran Maurice y el perfecto ensamblaje entre solista y orquesta para una página memorable de afinación, ejecución e interpretación. Realmente pleno, esperando volver a escucharlo cuando lo emita Radio Clásica.
De regalo, Collard nos dejó otra maravilla para la mano izquierda, volviendo a recordar el Trabajo de investigación del curso 2005-06 "La literatura pianística para la mano izquierda sola" de Daniel Moro Vallina desde Asturias, dirigido por el profesor Roberto Méndez González donde aparece citada la propina (Nocturno op. 9 nº 2 para mano izquierda de Scriabin), con el guiño final del último acorde con las dos. No fue manco este excepcional pianista francés asiduo de nuestro país.
El Cuarteto en Re mayor D. 810 "La muerte y la doncella" (1826) de Schubert en el arreglo que Mahler hizo para orquesta, llenaría la segunda parte de nuevo con el halo de muerte en tema y arreglista. Escribe el biógrafo de un gran liederista como Thomas Quasthoff, Banús, en las notas a este programa que "Fue, seguramente su afinidad con la muerte lo que atrajo a Gustav Mahler a llevar a cabo una adaptación del célebre Cuarteto en re menor...". Aquí fue donde la cuerda de la OSPA sonó como un cuarteto orquestal con un Allegro demoledor anímicamente (cada vez entiendo más a Mahler) que finalizó esperanzador, el Andante con moto de tristeza nada contenida, duro lirismo de una tragedia que se mastica, siguiendo un Scherzo que parece abrir la ventana a un nuevo día de penumbra, y ese Presto final realmente endiablado que particularmente me trae esperanza en la formación asturiana con quien será el próximo director... ¡Qué más puedo pedir!.
Creo que la riqueza del original que tanto marcó a Mahler fue lo que le llevó a engrandecerla aún más con esta orquestación tan rigurosa -realmente es una transcripción- y a la vez conmovedora que intenta mantener todo lo posible el espíritu camerístico llevado a la orquesta de cuerda, y precisamente es lo que logró nuestra sinfónica. No vamos a descubrir la calidad de esta sección, aquí totalmente protagónica, que nos brindó una excelente versión. Personalmente podría haberla dirigido Vasiliev como si del cuarteto original se hubiese tratado. Sonido "made in OSPA" que se ha logrado con tantos años de convivencia y buen trabajo.
Aquí dejo el vídeo de YouTube© con el último movimiento un poco "menos Presto" y con la mitad de la formación usada por la sinfónica asturiana este viernes: Kimura dirigiendo la New Tokyo Chamber Philharmonic en el Mitaka Arts Center Concert Hall, 11 de Febrero de 2007) como símbolo de "muerte y esperanza":
Los links a lo largo del comentario sobre el Cuarteto nos llevan a versiones tanto camerísticas como orquestales que podéis disfrutar en "la red".
Cierto "halo de muerte" flotaba en el ambiente ya en las obras elegidas y unas excelentes notas al programa de Rafael Banús Irusta, precisamente tituladas "Danzas de la muerte" que se confirmaron al dedicar el concierto a las víctimas del terremoto de Haití. Con todo lo que ello conlleve y a la vista del resultado final, incluyendo naturalmente el musical, aunque resulte una expresión manida siempre conviene recordar que tras la muerte hay esperanza, incluso en Haití: más pobre imposible y deseando que renazca tras esta última desgracia con ayuda de todos.
Sin querer parecer pájaro de mal agüero, pues sólo confirmo lo que todos sabemos, estamos en la última temporada de nuestro director titular, "muerte" también tras una "larga vida de 16 años" entre nosotros, pero también "esperanza" en el futuro porque "nuestra" OSPA es capaz de darnos lo mejor en cada concierto a pesar de... todo lo que queramos añadir y que muchos entenderán perfectamente.
La velada arrancaba con la selección de tres de los cinco Cuadernos para orquesta (2004) -los centrales- del director y compositor argentino, Fabián Panisello (1963), presente en la sala, quien saludó desde el escenario y desde su butaca al finalizar la interpretación. Obra difícil de ejecución para una plantilla de orquesta plena donde, como parece ser "sello" de los compositores actuales, se incluyen contrafagot, clarinete bajo, piano, celesta y percusión más que abundante con parches variados en el amplio sentido de la palabra. Con ella obtuvo el Primer premio Iberoamericano Rodolfo Halfter de composición 2004, obra muy trabajada dinámicamente desde unos tutti impresionantes hasta unos ppp increíbles, así como con una reelaboración armónica y tímbrica en el tercer movimiento -segundo del concierto- de dos corales de Bach: Christ lag in Todesbanden y Heute ist ein grosser Trauertag (Cristo yacía en los lazos de la muerte y Hoy es un gran día de tristeza), todo muy simbólico con esa presencia evidente de la parca, tal como nos cuenta R. Banús en sus notas, "durante su elaboración falleció el padre del autor, a cuya memoria está dedicada la composición", donde nuestra orquesta sonó como en las notas al programa define la obra: "maciza, cambiante, muy atractiva en su variedad y en su unicidad y denota el profundo conocimiento de Panisello sobre la escritura musical así como su deseo de vincular el espectro armónica completo a los modos antiguos de una forma totalmente original y extremadamente personal". Las toses revelaron que al público mayoritariamente no le gustó mucho, aunque personalmente no sólo me encantó sino que me llena de satisfacción la renovación del repertorio (y creo que es de los "caprichos de Max" en su temporada de despedida) que toda orquesta de calidad (como la OSPA) debe hacer, apostando por obras difíciles para todos que acabarán siendo también "clásicas" con el tiempo, aunque no las lleguemos a ver como tales.
Para finalizar esta primera parte nos llegó el Concierto para piano en re mayor "para la mano izquierda" (1929-1930) de Ravel con el pianista francés y la orquesta assturiana sonando en su plenitud, perfectamente concertados por Valdés que de nuevo demostró saber acompañar a los pianistas solistas, sumando fuerzas para lograr sacar toda la riqueza de la orquestación del gran Maurice y el perfecto ensamblaje entre solista y orquesta para una página memorable de afinación, ejecución e interpretación. Realmente pleno, esperando volver a escucharlo cuando lo emita Radio Clásica.
De regalo, Collard nos dejó otra maravilla para la mano izquierda, volviendo a recordar el Trabajo de investigación del curso 2005-06 "La literatura pianística para la mano izquierda sola" de Daniel Moro Vallina desde Asturias, dirigido por el profesor Roberto Méndez González donde aparece citada la propina (Nocturno op. 9 nº 2 para mano izquierda de Scriabin), con el guiño final del último acorde con las dos. No fue manco este excepcional pianista francés asiduo de nuestro país.
El Cuarteto en Re mayor D. 810 "La muerte y la doncella" (1826) de Schubert en el arreglo que Mahler hizo para orquesta, llenaría la segunda parte de nuevo con el halo de muerte en tema y arreglista. Escribe el biógrafo de un gran liederista como Thomas Quasthoff, Banús, en las notas a este programa que "Fue, seguramente su afinidad con la muerte lo que atrajo a Gustav Mahler a llevar a cabo una adaptación del célebre Cuarteto en re menor...". Aquí fue donde la cuerda de la OSPA sonó como un cuarteto orquestal con un Allegro demoledor anímicamente (cada vez entiendo más a Mahler) que finalizó esperanzador, el Andante con moto de tristeza nada contenida, duro lirismo de una tragedia que se mastica, siguiendo un Scherzo que parece abrir la ventana a un nuevo día de penumbra, y ese Presto final realmente endiablado que particularmente me trae esperanza en la formación asturiana con quien será el próximo director... ¡Qué más puedo pedir!.
Creo que la riqueza del original que tanto marcó a Mahler fue lo que le llevó a engrandecerla aún más con esta orquestación tan rigurosa -realmente es una transcripción- y a la vez conmovedora que intenta mantener todo lo posible el espíritu camerístico llevado a la orquesta de cuerda, y precisamente es lo que logró nuestra sinfónica. No vamos a descubrir la calidad de esta sección, aquí totalmente protagónica, que nos brindó una excelente versión. Personalmente podría haberla dirigido Vasiliev como si del cuarteto original se hubiese tratado. Sonido "made in OSPA" que se ha logrado con tantos años de convivencia y buen trabajo.
Aquí dejo el vídeo de YouTube© con el último movimiento un poco "menos Presto" y con la mitad de la formación usada por la sinfónica asturiana este viernes: Kimura dirigiendo la New Tokyo Chamber Philharmonic en el Mitaka Arts Center Concert Hall, 11 de Febrero de 2007) como símbolo de "muerte y esperanza":
Los links a lo largo del comentario sobre el Cuarteto nos llevan a versiones tanto camerísticas como orquestales que podéis disfrutar en "la red".
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