Y "Resurrección" TOTAL ¡Estuve!
Entrada original del día 23 de octubre de 2008, y suprimida (censurada) por Blogger© tras "denuncia" yanqui (de la DMCA, Digital Millennium Copyright Act). Quitados unos pocos links de la llamada "tierra de la libertad" (por si es parte de su "queja"), la dejo como estaba ¡y CON MI FOTO!:
Sí, a última hora de ayer conseguí una entrada para EL EVENTO, gracias a Javier&Mª Jesús, amigos de verdad, Y además EN LA FILA 5 centro: la foto del final, mala pero casi tocaba a Dudamel, y a "La Bolívar". Ha sido épico, irrepetible, inenarrable... No tengo palabras (y eso que hablo y escribo por los dedos y los codos) para explicar la sensación "casi mística" de la Sinfonía 2 de Mahler, en verdad que "resucité". Realmente cautiva y se contagia la música que emana de cada joven venezolano de "La Bolívar" en cada gesto, en cada golpe de arco, en cada campanada, en cada corchea, por cada poro de su joven piel y en todas y cada una de las notas (¡y mira que hay!) de esta obra maestra del sinfonismo (aunque algunos insisten en decirme que les parece algo pesada ¡?! ¿ateos?). Y la auténtica "simbiosis" con el Maestro Huracán Dudamel, uno más, humilde como siempre, humilde como todos ellos, que nunca sube al podio a saludar, sólo a DIRIGIR, mezclado con "sus compañeros". Y qué versión, cómo ha llevado la obra (que confiesa eligieron los músicos, y "es un mensaje humanístico de fe, de esperanza, y que cuando se hace es un evento"). Sí tiene que haber fórmula mágica. Y sin hablar de la antesala que la prensa, incluso D. Ismael Fernández de la Cuesta -del que se omite haber dirigido el Coro de Monjes de Silos- escribe su opinión en La Nueva España de Oviedo. La antesala del concierto fue, como yo hice ayer, el Dr. Abreu, porque no tiene desperdicio ninguna de sus palabras que la prensa regional recoge en un coloquio moderado por Fernando Argenta (otro monstruo como su padre Ataulfo). Y si entrar hoy al concierto era MISIÓN IMPOSIBLE, para el del Sábado -con entradas más asequibles por la ausencia de famosos- MILAGROSO -también AGOTADAS- aunque no estará Dudamel. Pero ya ni me preocupa, también ¡tengo entrada! y el repertorio, no por conocido, será IMPRESIONANTE y un ejemplo para la cantidad de estudiantes de música que acudirán, más "necesitados" y sobre todo agradecidos que muchos de los asistentes al de hoy. Ejemplo: tuve detrás una pareja que no paró de hablar en medio de la interpretación, como si estuvieran en casa "oyendo un disco", o el/la sinvergüenza del Nokia sonando la "lágrima" de Tárrega en un pianísimo del primer movimiento. ¡Qué educación tenemos en este país!. Pero claro, era previsible.
Sí, a última hora de ayer conseguí una entrada para EL EVENTO, gracias a Javier&Mª Jesús, amigos de verdad, Y además EN LA FILA 5 centro: la foto del final, mala pero casi tocaba a Dudamel, y a "La Bolívar". Ha sido épico, irrepetible, inenarrable... No tengo palabras (y eso que hablo y escribo por los dedos y los codos) para explicar la sensación "casi mística" de la Sinfonía 2 de Mahler, en verdad que "resucité". Realmente cautiva y se contagia la música que emana de cada joven venezolano de "La Bolívar" en cada gesto, en cada golpe de arco, en cada campanada, en cada corchea, por cada poro de su joven piel y en todas y cada una de las notas (¡y mira que hay!) de esta obra maestra del sinfonismo (aunque algunos insisten en decirme que les parece algo pesada ¡?! ¿ateos?). Y la auténtica "simbiosis" con el Maestro Huracán Dudamel, uno más, humilde como siempre, humilde como todos ellos, que nunca sube al podio a saludar, sólo a DIRIGIR, mezclado con "sus compañeros". Y qué versión, cómo ha llevado la obra (que confiesa eligieron los músicos, y "es un mensaje humanístico de fe, de esperanza, y que cuando se hace es un evento"). Sí tiene que haber fórmula mágica. Y sin hablar de la antesala que la prensa, incluso D. Ismael Fernández de la Cuesta -del que se omite haber dirigido el Coro de Monjes de Silos- escribe su opinión en La Nueva España de Oviedo. La antesala del concierto fue, como yo hice ayer, el Dr. Abreu, porque no tiene desperdicio ninguna de sus palabras que la prensa regional recoge en un coloquio moderado por Fernando Argenta (otro monstruo como su padre Ataulfo). Y si entrar hoy al concierto era MISIÓN IMPOSIBLE, para el del Sábado -con entradas más asequibles por la ausencia de famosos- MILAGROSO -también AGOTADAS- aunque no estará Dudamel. Pero ya ni me preocupa, también ¡tengo entrada! y el repertorio, no por conocido, será IMPRESIONANTE y un ejemplo para la cantidad de estudiantes de música que acudirán, más "necesitados" y sobre todo agradecidos que muchos de los asistentes al de hoy. Ejemplo: tuve detrás una pareja que no paró de hablar en medio de la interpretación, como si estuvieran en casa "oyendo un disco", o el/la sinvergüenza del Nokia sonando la "lágrima" de Tárrega en un pianísimo del primer movimiento. ¡Qué educación tenemos en este país!. Pero claro, era previsible.
Lo que no faltó fuera de programa fue la "Marcha Real" que no tiene nada que envidiar a la de la Filarmónica de Viena con Bernstein interpretada en el Teatro Real (que Dudamel no le importaría dirigir... ¡no lo hagas que te comerán vivo!) en Octubre de 1984, ¡hace 24 años! y que la tengo como una reliquia en dos cassettes grabadas de RNE con un Zimerman y El nº 2 de Brahms, más la K385 de Mozart. El ¿Himno? de Asturias Patria Querida con nuestro Coro de la Fundación (muy bien como casi siempre) supongo que "irrepetible por Orquesta y batuta". Para los que no me crean, la TPA lo emitirá en diferido este sábado a partir de las 10:30, y desconozco canales ni satélites, pero soy capaz de grabarlo, comprimirlo y "subirlo" a YouTube®. El problema sólo será de tiempo (mío, claro). Sin querer hacer crítica, hoy la soprano portorriqueña Magda Nieves "no brilló" pero sí la mezzo israelita Hadar Halevy, a la que Max Valdés (que le vi al salir) me consta siguió sin perder detalle (la conoce, la ha dirigido y estoy convencido que "nos la traerá de nuevo"). Tendremos que seguir de cerca a la Sra. Halevy (apellido judío y musical del todo) con más Mahler, Bach o por qué no, Brahms. Del concierto del sábado ¡ya escribiremos! porque no es que prometa, es que es una apuesta segura. Y en Oviedo este año la disfrutaremos TRES VECES. ¡Resurrección total!
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