Lo que quedó en el tintero
El periódico LNE de hoy miércoles saca una breve reseña del concierto de ayer en el Filarmónica y una foto de Luisma Murias que reproduzco aquí, aunque me consta que Diana Díaz, a la que saludé al descanso, escribirá la crítica, que por cuestiones de la prensa escrita (la falta de inmediatez increíble en el siglo XXI) nunca sale tan rápido como desde un blog.
Como complemento a lo ya escrito y siempre referido a los componentes del Cuarteto Clásico de Oviedo me gustaría añadir algunos detalles que me quedaron en el tintero, y eso que escribo menos de lo que hablo.
Escribir de María Ovín Carrera (según el programa de mano de ayer "violón") se me hace fácil por familiaridad con ella y su familia, por lo que ya tiene varias entradas en este blog donde voy reflejando sus logros, de los que lógicamente me siento muy orgulloso. Aún la recuerdo sentada al piano de casa sin llegar con los pies a los pedales, o cuando tuvo su primer piccolo... por ello álguien pudiera pensar que "barro para casa", que la pondero por mi cariño o que maquillo mis opiniones (incluso las musicales). Quienes me conocen saben que la diplomacia no es una de mis virtudes, sé que no tengo delicadeza y digo/escribo las cosas como las siento, sin sopesarlas, lo que me ha costado algunos disgustos innecesario si cambiase mi carácter, pero con casi 51 años creo que lo tengo difícil.
Precisamente la cercanía con muchos de mis "protagonistas musicales" y el haber estudiado piano me da informaciones que comparto encantado desde estas líneas aunque pueda parecer más una crónica de sociedad.
Así no comenté ayer que el viola Jesús Rodríguez González ha hecho dúos con mi querida pianista Carmen Yepes, ni tampoco que nuestro colega de instrumento Manuel Cabo González, además de serlo también de "Magisterio" y ser sobrino de una compañera del instituto, ha estudiado piano con mi antiguo profesor de música en "La Normal de Oviedo" Amador Fernández Iglesias, al que sigo su trayectoria pianística desde que tengo uso de razón (aquí dejo escaneado un autógrafo suyo del concierto para la Filarmónica de Mieres en la llamada Casa Municipal de Juventud del 9 de marzo de 1972), pero también con Francisco Jaime y Pantín, no sólo excelente pianista sino gran maestro y auténtico descubridor de talentos, entre los que está la citada Carmen Yepes, con la que comparte trabajo en el CONSMUPA pero sobre todo amistad, al igual que con su esposa y también pianista Mª Teresa Pérez Hernández, quienes suelen dar conciertos a 2 pianos y también a 4 manos, demostrando que sobre el escenario también son una pareja feliz. A ellos se debe un estreno del Momento Musical para dos pianos de Luis Vázquez del Fresno, otro pianista compañero de todos los anteriores, al que conozco de mis inicios como público y estudiante en mi Mieres natal (aquí dejo escaneados programa del 13 de diciembre de 1973 y dedicatoria), formando todos ellos un plantel de lujo en Oviedo de profesores y concertistas, nada habitual en muchos otros conservatorios, aunque no siempre tengan fácil compaginar ambas tareas. Ya por seguir contando más cosas de Paco Pantín y Maite han acompañado al Coro de la Fundación Príncipe de Asturias en el festival internacional de Nafplion (Grecia) el 23 de junio de 2007.
José Esteban G. Miranda es amigo y antiguo compañero de facultad en nuestros años estudiando "Historia del Arte". Para mi siempre Pepu, ser director titular del Coro de la Fundación se lo ha ganado a pulso, con muchos años de trabajo, y máxime viniendo de una familia tan evidentemente coral como la de Ángel Embil Ecenarro (1897-1980), vasco de Zumaia (Guipúzcoa) que recaló en Pola de Siero (Asturias) trayendo consigo una tradición que tanta solera tiene en el norte de España y dejándonos multitud de obras corales que engrosan el repertorio habitual de orfeones, capillas y otras agrupaciones, sin olvidar su faceta como pedagogo y creador de la escuela de música polesa, otra cantera de músicos con un apellido ligado a los coros (su nieta Maite Martínez Embil más José Ángel Embil hijo de Don Ángel, completan ese trío de ases familiar a base de hijo, primos y nieta con Pepu).
Finalmente volver a contar la cantidad de amistades y conocidos en ese coro tan emblemático para los asturianos, siempre relacionados por y con la música, bien como alumnos de canto con Dolores Suárez Tamargo en la desaparecida Academia Real Musical de Oviedo (otro vivero vocal desde la capital del Principado), compañeros profesores de música, amigos de infancia, hijos de amigos y todo un sinfín de caminos confluyentes siempre en LA MÚSICA, en Siana o por el mundo...
Aún quedaría contar de la lírica a la cantante, profesora de canto y sobre todo amiga Elena Pérez Herrero, quien también me ha deparado conocer a su alumna la gran soprano Beatriz Díaz (merece la pena verla en el Magazine del 8 de noviembre), al fenómeno como persona y pianista Manuel Burgueras y toda una larga lista que no voy a desvelar.
Con tanta explicación muchos comprenderán cómo un aldeanu conoce tantos músicos. Me faltó conocer en persona a Dudamel el año pasado, por cierto actuando mañana en Madrid, precisamente con un nuevo proyecto que estuvo primero en Sevilla bajo la batuta de otro gran venezolano Christian Vázquez: la Orquesta Juvenil Iberoamericana que debutó en Lisboa con motivo de la XIX Cumbre Latinoamericana de Jefes de Estado y Gobierno en Estoril, antes del "estreno" en el Auditorio de la capital de España. Los jóvenes ya están al mando, con mi querido Pablo González Bernardo entre ellos. Pero lo de Gustavo el barquisimetano o Pablín "el flautista de Lito" lo dejaremos para otro día.
Como complemento a lo ya escrito y siempre referido a los componentes del Cuarteto Clásico de Oviedo me gustaría añadir algunos detalles que me quedaron en el tintero, y eso que escribo menos de lo que hablo.
Escribir de María Ovín Carrera (según el programa de mano de ayer "violón") se me hace fácil por familiaridad con ella y su familia, por lo que ya tiene varias entradas en este blog donde voy reflejando sus logros, de los que lógicamente me siento muy orgulloso. Aún la recuerdo sentada al piano de casa sin llegar con los pies a los pedales, o cuando tuvo su primer piccolo... por ello álguien pudiera pensar que "barro para casa", que la pondero por mi cariño o que maquillo mis opiniones (incluso las musicales). Quienes me conocen saben que la diplomacia no es una de mis virtudes, sé que no tengo delicadeza y digo/escribo las cosas como las siento, sin sopesarlas, lo que me ha costado algunos disgustos innecesario si cambiase mi carácter, pero con casi 51 años creo que lo tengo difícil.
Precisamente la cercanía con muchos de mis "protagonistas musicales" y el haber estudiado piano me da informaciones que comparto encantado desde estas líneas aunque pueda parecer más una crónica de sociedad.
Así no comenté ayer que el viola Jesús Rodríguez González ha hecho dúos con mi querida pianista Carmen Yepes, ni tampoco que nuestro colega de instrumento Manuel Cabo González, además de serlo también de "Magisterio" y ser sobrino de una compañera del instituto, ha estudiado piano con mi antiguo profesor de música en "La Normal de Oviedo" Amador Fernández Iglesias, al que sigo su trayectoria pianística desde que tengo uso de razón (aquí dejo escaneado un autógrafo suyo del concierto para la Filarmónica de Mieres en la llamada Casa Municipal de Juventud del 9 de marzo de 1972), pero también con Francisco Jaime y Pantín, no sólo excelente pianista sino gran maestro y auténtico descubridor de talentos, entre los que está la citada Carmen Yepes, con la que comparte trabajo en el CONSMUPA pero sobre todo amistad, al igual que con su esposa y también pianista Mª Teresa Pérez Hernández, quienes suelen dar conciertos a 2 pianos y también a 4 manos, demostrando que sobre el escenario también son una pareja feliz. A ellos se debe un estreno del Momento Musical para dos pianos de Luis Vázquez del Fresno, otro pianista compañero de todos los anteriores, al que conozco de mis inicios como público y estudiante en mi Mieres natal (aquí dejo escaneados programa del 13 de diciembre de 1973 y dedicatoria), formando todos ellos un plantel de lujo en Oviedo de profesores y concertistas, nada habitual en muchos otros conservatorios, aunque no siempre tengan fácil compaginar ambas tareas. Ya por seguir contando más cosas de Paco Pantín y Maite han acompañado al Coro de la Fundación Príncipe de Asturias en el festival internacional de Nafplion (Grecia) el 23 de junio de 2007.
José Esteban G. Miranda es amigo y antiguo compañero de facultad en nuestros años estudiando "Historia del Arte". Para mi siempre Pepu, ser director titular del Coro de la Fundación se lo ha ganado a pulso, con muchos años de trabajo, y máxime viniendo de una familia tan evidentemente coral como la de Ángel Embil Ecenarro (1897-1980), vasco de Zumaia (Guipúzcoa) que recaló en Pola de Siero (Asturias) trayendo consigo una tradición que tanta solera tiene en el norte de España y dejándonos multitud de obras corales que engrosan el repertorio habitual de orfeones, capillas y otras agrupaciones, sin olvidar su faceta como pedagogo y creador de la escuela de música polesa, otra cantera de músicos con un apellido ligado a los coros (su nieta Maite Martínez Embil más José Ángel Embil hijo de Don Ángel, completan ese trío de ases familiar a base de hijo, primos y nieta con Pepu).
Finalmente volver a contar la cantidad de amistades y conocidos en ese coro tan emblemático para los asturianos, siempre relacionados por y con la música, bien como alumnos de canto con Dolores Suárez Tamargo en la desaparecida Academia Real Musical de Oviedo (otro vivero vocal desde la capital del Principado), compañeros profesores de música, amigos de infancia, hijos de amigos y todo un sinfín de caminos confluyentes siempre en LA MÚSICA, en Siana o por el mundo...
Aún quedaría contar de la lírica a la cantante, profesora de canto y sobre todo amiga Elena Pérez Herrero, quien también me ha deparado conocer a su alumna la gran soprano Beatriz Díaz (merece la pena verla en el Magazine del 8 de noviembre), al fenómeno como persona y pianista Manuel Burgueras y toda una larga lista que no voy a desvelar.
Con tanta explicación muchos comprenderán cómo un aldeanu conoce tantos músicos. Me faltó conocer en persona a Dudamel el año pasado, por cierto actuando mañana en Madrid, precisamente con un nuevo proyecto que estuvo primero en Sevilla bajo la batuta de otro gran venezolano Christian Vázquez: la Orquesta Juvenil Iberoamericana que debutó en Lisboa con motivo de la XIX Cumbre Latinoamericana de Jefes de Estado y Gobierno en Estoril, antes del "estreno" en el Auditorio de la capital de España. Los jóvenes ya están al mando, con mi querido Pablo González Bernardo entre ellos. Pero lo de Gustavo el barquisimetano o Pablín "el flautista de Lito" lo dejaremos para otro día.
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