Del XXI Festival de Órgano de Asturias
Viernes 14 de mayo, 20:00 horas. Iglesia de San Francisco, Oviedo. XXI Festival de Órgano Cajastur. Heinrich Walther, órgano. Obras de Bach, Mozart y Haydn.
El maestro alemán de los teclados (nacido en 1959 como un servidor) llegaba a Oviedo para dejarnos ese repertorio de todo buen organista en el que nunca falta Bach, si bien el instrumento de "la iglesia redonda" (frente al Auditorio) se le reveló con una desafinación que me hizo crujir los dientes en más de una ocasión así como incomodar al propio intérprete, aunque su profesionalidad supo "capear el temporal" con elecciones de otros registros seguramente no deseados pero buscando evitar la combinación horribilis que en obras puntuales las hacía casi irreconocibles.
Una lástima y algo no frecuente en estos órganos (precisamente en "parroquias ricas") pero que hoy desgraciadamente sucedió, siéndome imposible acudir el próximo domingo a Gijón donde en el órgano de la Iglesia de San Pedro dejará otro repertorio de finales del XIX (Julius Reubke y la Sinfonía en Re m. de Franck -con "Transcripción" del propio Walther- ) que seguro hará las delicias de los amantes del instrumento rey, protagonista de este festival del que todavía quedan conciertos.
Evidentemente el festival no hubiera llegado a estos 21 años sin el apoyo económico de CajAstur ni el tesón y amor por el órgano del allerano afincado en Avilés José Mª Martínez, quien esta vez tuvo que ejercer de ayudante de organista (instrumento que mi querido Chema alma mater domina), sin olvidar la colaboración de las propias iglesias que albergan los instrumentos. Tras unas breves palabras del párroco de San Francisco Don Fernando Llenín Iglesias presentando el concierto, y con una pronunciación impecable del alemán, comenzaba su paso por España dentro de su amplia gira el profesor Walther con Bach y la Fantasía y Fuga en sol menor, BWV 542, mejor ésta que aquélla, con ese final en Sol M. que ilumina todo el patetismo de la obra, para proseguir con Allein Gott in der Höh sei Ehr, BWV 663, espíritu luterano de Leipzig hecho música y una elección de registros muy apropiada para este coral. El arranque bachiano lo cerraría el Trío Sonata en Do mayor, BWV 529, en la transcripción del organista alemán.
Cambiando de estilo y época llegaría Ein Orgel Stück für eine Uhr (Fantasía en fa menor) KV 608, de W. A. Mozart y el Adagio, del "Cuarteto en La mayor", Op. 76 de Haydn. Lástima la ya comentada desafinación porque lograr en el órgano toda la riqueza de un cuarteto nos hace reafirmarnos en el calificativo de "instrumento rey", máxime con el dominio que el organista alemán tiene de él.
Y para cerrar el círculo Bach principio y final: la Passacaglia y Fuga en Do menor, BWV 582, enorme en densidad sonora y exigente en cuanto a la técnica y buen hacer para lograr que no se pierda ni una nota de esa fuga final.
Evidentemente, y pese al malestar que la afinación debió causarle, no podía privarnos de la "propina luminosa" que resultó la conocidísima Aria en Sol, el segundo movimiento "Air" de la Suite nº 3 BWV 1068, interpretada al órgano.
La equis (o la cruz) se la pongo al órgano que no respondió y también a la ausencia de cualquier información en el exterior del templo, que llevó a quien suscribe a hacer de guía y "resuelve dudas". Al menos nos unía a todos el amor por la música y hasta nos reconocimos como habituales del festival, intercambiando recuerdos de mi querido Raúl Prieto el año pasado y promocionando Covadonga también como peregrinaje organístico.
Una vez dentro finalizada la misa de las 19:30 los programas sí indicaban que "algo de música" había...
Del resto simplemente esperar que como ya han hecho con el concierto del palentino Jesús Martín Moro que abrió el Festival, CajAstur continúe subiéndolos a YouTube© para disfrute de toda la melomanía.
El maestro alemán de los teclados (nacido en 1959 como un servidor) llegaba a Oviedo para dejarnos ese repertorio de todo buen organista en el que nunca falta Bach, si bien el instrumento de "la iglesia redonda" (frente al Auditorio) se le reveló con una desafinación que me hizo crujir los dientes en más de una ocasión así como incomodar al propio intérprete, aunque su profesionalidad supo "capear el temporal" con elecciones de otros registros seguramente no deseados pero buscando evitar la combinación horribilis que en obras puntuales las hacía casi irreconocibles.
Una lástima y algo no frecuente en estos órganos (precisamente en "parroquias ricas") pero que hoy desgraciadamente sucedió, siéndome imposible acudir el próximo domingo a Gijón donde en el órgano de la Iglesia de San Pedro dejará otro repertorio de finales del XIX (Julius Reubke y la Sinfonía en Re m. de Franck -con "Transcripción" del propio Walther- ) que seguro hará las delicias de los amantes del instrumento rey, protagonista de este festival del que todavía quedan conciertos.
Evidentemente el festival no hubiera llegado a estos 21 años sin el apoyo económico de CajAstur ni el tesón y amor por el órgano del allerano afincado en Avilés José Mª Martínez, quien esta vez tuvo que ejercer de ayudante de organista (instrumento que mi querido Chema alma mater domina), sin olvidar la colaboración de las propias iglesias que albergan los instrumentos. Tras unas breves palabras del párroco de San Francisco Don Fernando Llenín Iglesias presentando el concierto, y con una pronunciación impecable del alemán, comenzaba su paso por España dentro de su amplia gira el profesor Walther con Bach y la Fantasía y Fuga en sol menor, BWV 542, mejor ésta que aquélla, con ese final en Sol M. que ilumina todo el patetismo de la obra, para proseguir con Allein Gott in der Höh sei Ehr, BWV 663, espíritu luterano de Leipzig hecho música y una elección de registros muy apropiada para este coral. El arranque bachiano lo cerraría el Trío Sonata en Do mayor, BWV 529, en la transcripción del organista alemán.
Cambiando de estilo y época llegaría Ein Orgel Stück für eine Uhr (Fantasía en fa menor) KV 608, de W. A. Mozart y el Adagio, del "Cuarteto en La mayor", Op. 76 de Haydn. Lástima la ya comentada desafinación porque lograr en el órgano toda la riqueza de un cuarteto nos hace reafirmarnos en el calificativo de "instrumento rey", máxime con el dominio que el organista alemán tiene de él.
Y para cerrar el círculo Bach principio y final: la Passacaglia y Fuga en Do menor, BWV 582, enorme en densidad sonora y exigente en cuanto a la técnica y buen hacer para lograr que no se pierda ni una nota de esa fuga final.
Evidentemente, y pese al malestar que la afinación debió causarle, no podía privarnos de la "propina luminosa" que resultó la conocidísima Aria en Sol, el segundo movimiento "Air" de la Suite nº 3 BWV 1068, interpretada al órgano.
La equis (o la cruz) se la pongo al órgano que no respondió y también a la ausencia de cualquier información en el exterior del templo, que llevó a quien suscribe a hacer de guía y "resuelve dudas". Al menos nos unía a todos el amor por la música y hasta nos reconocimos como habituales del festival, intercambiando recuerdos de mi querido Raúl Prieto el año pasado y promocionando Covadonga también como peregrinaje organístico.
Una vez dentro finalizada la misa de las 19:30 los programas sí indicaban que "algo de música" había...
Del resto simplemente esperar que como ya han hecho con el concierto del palentino Jesús Martín Moro que abrió el Festival, CajAstur continúe subiéndolos a YouTube© para disfrute de toda la melomanía.
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