Arcadi "Shrek" Volodos
Jueves 14 de mayo, 20:00 horas. Auditorio de Oviedo, clausura de las Jornadas Internacionales de Piano "Luis G. Iberni". El aforo no llegó a las tres cuartas parte, ¡lástima porque se han perdido algo único!: Arcadi Volodos (San Petersburgo, 24 de febrero de 1972), piano. Obras de A. Scriabin, M. Ravel, Albéniz y F. Liszt.Si se ha escrito mucho y dicho más de este artista, aún tendré que añadir humildemente algo como "monstruo del piano", y ahora explicaré el título e imágenes que ilustran esta entrada.
De apariencia tosca, regordete, vestido de traje y camisa negra -sin corbata- y sentado ante el gran piano Steinway negro en una silla (como el gran Glenn Gould) en vez del habitual taburete, gesto serio, cortando los aplausos, como con prisa por empezar, saludos rápidos, paso corto hacia bastidores y repetición del "ceremonial" (creo que los psicólogos lo llaman autoprogramación).
Pero se transforma en cuanto pone los dedos sobre el teclado. La fuerza maridada con la delicadeza, saltos vertiginosos del infierno al cielo (Dante sería también protagonista), poderío sonoro abrumador en toda la dinámica posible del fff al ppp, sutileza desgarradora, tristemente alegre o alegremente triste, la antinomia hecha música, la orquesta metida dentro de un piano, centrifugando "la charca" hasta convertirla en agua cristalina. Y todo con un amplio catálogo de gestos corporales: pierna izquierda estirada, giro de cabeza a la izquiera "huyendo" del teclado, se repanchinga por momentos en el respaldo (ahora entiendo la elección de la silla), apertura de la comisura de los labios, su voluminoso cuerpo volcado sobre las teclas, los dedos volando y cayendo en picado como el águila, las manos entrelazadas sobre el pecho para saludar antes de "escaparse" entre bastidores y de nuevo volver a "transformarse", algún canturreo tan ppp que nos permitió escuchar los ruidos provenientes de la enésima "convención cristiana", "formación de asambleas vecinales", "muestrario farmacológico" o "feria de electrodoméstico" de un Auditorio al que se emperretaron los políticos en añadirle "palacio de congresos" (¿para cuándo el Calatrava?), y el gesto impertérrito. Solamente al final, tras ¡3 propinas impagables! el "monstruo" nos dejó una sonrisa y una mano sobre el corazón. GRACIAS "ARCADIO VOLODIOS, mi Shrek del piano".
La elección de un repertorio nada convencional ni comercial, con el que no busca ganarse al público aunque creo que sí educarle en un pianismo que nos ha traído a casa incluso a un Albéniz en su centenario, y que me ha dejado la duda de cómo sonaría Iberia en su interpretación, demuestra no sólo el "poderío" que diría un crítico taurino sino la capacidad de afrontar obras auténticamente "duras". Los pocos asistentes para este espectáculo único que pudimos disfrutar (abajo dejo sólo una pequeñísima muestra sonora -aunque "montada en YouTube®- del Liszt que también tocó en Bruselas el pasado día 10 de marzo), podemos considerarnos unos privilegiados.
Dejo también el repertorio y unos mínimos comentarios (aunque parezca raro en mí tras todo el "rollo habitual") para documentar la lección y elección de un Maestro (con M mayúscula de Música), programa muy similar al de Zaragoza del día 23 de febrero de este año, haciendo constar que por una vez el público no aplaudió y permitió tocar las obras y/o números de cada autor sin cesuras, "de un tirón", añadiendo además que las notas al programa, muy "profesionales" corrieron a cargo de la musicóloga "ovetense" Begoña Velasco.
PROGRAMA con algunos enlaces al concierto de Bruselas el pasado día 10 de marzo:
A. Scriabin: Preludio en Si b menor (op. 37, Nº 1), Preludio en Si bemol menor (op. 11, Nº 16), Danse languide (op. 51, Nº 4), Guirlandes (op. 73, Nº 2), Guirlandes (op.73, No.1) y Sonata No.7 "White Mass" (op. 64). Toda la fuerza y delicadeza de un compositor "paisano" del pianista, alternando potencia y "flores".
M. Ravel: Valses nobles et sentimentales: I. Modéré; II. Assez lent; III. Modére; IV. Assez animé; V. Presque lent; VI. Vif; VII. Moins vif; VIII. Epilogue: Lent. La orquestación del francés ejecutada en el piano (por momentos escuchaba cuerda, percusión, madera...), y con unos rubati realmente magistrales que no muchos directores y orquestas podrían conseguir como lo tocó el ruso.
Albéniz: "Cantos de España": Córdoba (op. 232, Nº 4); La Vega. Cómo captar plenamente la esencia de nuestro más internacional compositor para piano y dar el perfume español sin caer en tópicos.
F. Liszt: Años de peregrinaje: Italia: "Après une lecture de Dante, Fantasia quasi Sonata" (S. 161, Nº 7). Una lección y elección de sabio para dejarnos boquiabiertos, permanecer silenciosos "mascando" las últimas notas aún resonando hasta levantar el pedal derecho y arrancar tantos aplausos que rápidamente "acalló" volviendo a sentarse para REGALARNOS tres obras con tanto peso como todo lo anterior, y de los que me quedo con un Schumann "liederístico"... ¡y sin falta de voz!.
Disfruté tanto que volví a recordar mis años de abonado a la centenaria Sociedad Filarmónica Ovetense, lo que me dio todo un rodaje y vagaje de música de cámara, con tantos buenísimos pianistas que escuché, y pensando (bien) que algunos de los que se perdieron el concierto de hoy prefirieron ser "fieles" a los conciertos "de siempre"... Lo preveía ayer y para los que conozcan el repertorio (¡cómo le hubiera gustado a Diego Fdez. Magdaleno!): resultó uno de esos conciertos para "grabar en la memoria".
Insisto en querer ser millonario (volví a echar la Primitiva pero ni el reintegro) para poder escaparme y escucharle el día 4 de junio -aunque sea el mismo programa- en el Festspielhaus de Baden-Baden (vean el precio de las entradas "parecidas" a los 15€ de la butaca en Oviedo).
De apariencia tosca, regordete, vestido de traje y camisa negra -sin corbata- y sentado ante el gran piano Steinway negro en una silla (como el gran Glenn Gould) en vez del habitual taburete, gesto serio, cortando los aplausos, como con prisa por empezar, saludos rápidos, paso corto hacia bastidores y repetición del "ceremonial" (creo que los psicólogos lo llaman autoprogramación).
Pero se transforma en cuanto pone los dedos sobre el teclado. La fuerza maridada con la delicadeza, saltos vertiginosos del infierno al cielo (Dante sería también protagonista), poderío sonoro abrumador en toda la dinámica posible del fff al ppp, sutileza desgarradora, tristemente alegre o alegremente triste, la antinomia hecha música, la orquesta metida dentro de un piano, centrifugando "la charca" hasta convertirla en agua cristalina. Y todo con un amplio catálogo de gestos corporales: pierna izquierda estirada, giro de cabeza a la izquiera "huyendo" del teclado, se repanchinga por momentos en el respaldo (ahora entiendo la elección de la silla), apertura de la comisura de los labios, su voluminoso cuerpo volcado sobre las teclas, los dedos volando y cayendo en picado como el águila, las manos entrelazadas sobre el pecho para saludar antes de "escaparse" entre bastidores y de nuevo volver a "transformarse", algún canturreo tan ppp que nos permitió escuchar los ruidos provenientes de la enésima "convención cristiana", "formación de asambleas vecinales", "muestrario farmacológico" o "feria de electrodoméstico" de un Auditorio al que se emperretaron los políticos en añadirle "palacio de congresos" (¿para cuándo el Calatrava?), y el gesto impertérrito. Solamente al final, tras ¡3 propinas impagables! el "monstruo" nos dejó una sonrisa y una mano sobre el corazón. GRACIAS "ARCADIO VOLODIOS, mi Shrek del piano".
La elección de un repertorio nada convencional ni comercial, con el que no busca ganarse al público aunque creo que sí educarle en un pianismo que nos ha traído a casa incluso a un Albéniz en su centenario, y que me ha dejado la duda de cómo sonaría Iberia en su interpretación, demuestra no sólo el "poderío" que diría un crítico taurino sino la capacidad de afrontar obras auténticamente "duras". Los pocos asistentes para este espectáculo único que pudimos disfrutar (abajo dejo sólo una pequeñísima muestra sonora -aunque "montada en YouTube®- del Liszt que también tocó en Bruselas el pasado día 10 de marzo), podemos considerarnos unos privilegiados.
Dejo también el repertorio y unos mínimos comentarios (aunque parezca raro en mí tras todo el "rollo habitual") para documentar la lección y elección de un Maestro (con M mayúscula de Música), programa muy similar al de Zaragoza del día 23 de febrero de este año, haciendo constar que por una vez el público no aplaudió y permitió tocar las obras y/o números de cada autor sin cesuras, "de un tirón", añadiendo además que las notas al programa, muy "profesionales" corrieron a cargo de la musicóloga "ovetense" Begoña Velasco.
PROGRAMA con algunos enlaces al concierto de Bruselas el pasado día 10 de marzo:
A. Scriabin: Preludio en Si b menor (op. 37, Nº 1), Preludio en Si bemol menor (op. 11, Nº 16), Danse languide (op. 51, Nº 4), Guirlandes (op. 73, Nº 2), Guirlandes (op.73, No.1) y Sonata No.7 "White Mass" (op. 64). Toda la fuerza y delicadeza de un compositor "paisano" del pianista, alternando potencia y "flores".
M. Ravel: Valses nobles et sentimentales: I. Modéré; II. Assez lent; III. Modére; IV. Assez animé; V. Presque lent; VI. Vif; VII. Moins vif; VIII. Epilogue: Lent. La orquestación del francés ejecutada en el piano (por momentos escuchaba cuerda, percusión, madera...), y con unos rubati realmente magistrales que no muchos directores y orquestas podrían conseguir como lo tocó el ruso.
Albéniz: "Cantos de España": Córdoba (op. 232, Nº 4); La Vega. Cómo captar plenamente la esencia de nuestro más internacional compositor para piano y dar el perfume español sin caer en tópicos.
F. Liszt: Años de peregrinaje: Italia: "Après une lecture de Dante, Fantasia quasi Sonata" (S. 161, Nº 7). Una lección y elección de sabio para dejarnos boquiabiertos, permanecer silenciosos "mascando" las últimas notas aún resonando hasta levantar el pedal derecho y arrancar tantos aplausos que rápidamente "acalló" volviendo a sentarse para REGALARNOS tres obras con tanto peso como todo lo anterior, y de los que me quedo con un Schumann "liederístico"... ¡y sin falta de voz!.
Disfruté tanto que volví a recordar mis años de abonado a la centenaria Sociedad Filarmónica Ovetense, lo que me dio todo un rodaje y vagaje de música de cámara, con tantos buenísimos pianistas que escuché, y pensando (bien) que algunos de los que se perdieron el concierto de hoy prefirieron ser "fieles" a los conciertos "de siempre"... Lo preveía ayer y para los que conozcan el repertorio (¡cómo le hubiera gustado a Diego Fdez. Magdaleno!): resultó uno de esos conciertos para "grabar en la memoria".
Insisto en querer ser millonario (volví a echar la Primitiva pero ni el reintegro) para poder escaparme y escucharle el día 4 de junio -aunque sea el mismo programa- en el Festspielhaus de Baden-Baden (vean el precio de las entradas "parecidas" a los 15€ de la butaca en Oviedo).
P.D. 1: Aún guardo los suplementos en papel del periódico LNE (de aquélla no se publicaba en Internet) "La Nueva Quintana" de los días 6 y 13 de mayo de 2003, dedicados a mi querida "Filarmónica" firmados por Cosme Marina y Guillermo García Alcalde, metidos dentro del libro que se nos regaló a los abonados: "Una vida para la música. Historia de la Sociedad Filarmónica de Oviedo, 1907-1994", de Adolfo Casaprima Collera (Casaprima Editor, Oviedo 1995, Volúmen I de la Colección Pilares), y donde desde su página 221 puedo rememorar mis primeros conciertos en el Teatro Filarmónica. Incluso tengo cajas de zapatos (también alguna de IKEA) llenas de programas. "Un día de estos he de plantearme muy seriamente..." clasificarlos y también "...dejar de fumar, con esta tos que me entra al levantarme" ("No hago otra cosa que pensar en tí", J. M. Serrat).
P.D. 2: Ver las críticas de Joaquín Valdeón en LNE del sábado 16 de mayo y de Aurelio M. Seco en LVA del domingo 17.
P.D. 2: Ver las críticas de Joaquín Valdeón en LNE del sábado 16 de mayo y de Aurelio M. Seco en LVA del domingo 17.
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