Gracias al maestro Ceccato
Por fin lo pudieron escuchar todos los asistentes al Concierto Dvorak de ayer en el Auditorio de Oviedo en boca del director invitado, Aldo Ceccato: debemos sentirnos orgullosos de esta orquesta, es nuestra mejor embajadora... Llevo tiempo presumiendo de esta orquesta pero parece que lo de casa aquí en Asturias nunca tiene la importancia que se merece, por lo que de vez en cuando es de agradecer y está bien que "alguien de fuera" (además con el bagaje de orquestas que lleva el milanés parece ser más objetivo y menos "quijote" o "saturniano") nos recuerde lo bueno que tenemos... mientras lo tengamos y disfrutemos, porque cuando desaparezca entonces serán honores y homenajes póstumos, jaculatorias y golpes de pecho por lo perdido....
El maestro italiano también reconoció que da gusto trabajar con esta orquesta, que los políticos deberían darse cuenta que el dinero en música no es gasto sino inversión (esto es parte mío), que era el mejor regalo de cumpleaños que se le pudo hacer aunque faltaban unos días... y así un montón de palabras y piropos que no podemos menos que devolverle, todo con un público en un silencio casi religioso que escuchó sus numerosas muestras de gratitud en un español más que correcto.
Todo tras un concierto en el que Dvorak sonó como un gran compositor de primera que es (muy buenas las notas al programa de Ramón G. Avello, con la curiosidad del nombre propio Anton o Antonin entre otras lindezas) y donde la OSPA volvió a demostrar que se adapta (como grande que es) a las exigencias e interpretación de todo aquel que aporte algo (no todas las batutas invitadas lo hacen, y los maestros lo saben con esos llamados "directores Da Capo", aunque en el caso de ayer el idilio llegó más allá de los aplausos y ramo de flores finales). No puedo destacar nada en concreto del programa, puesto que el vigor, los planos sonoros, los tempi, la pulcritud en cada sección (algo que a veces se pierde pero donde esta vez la orquesta ha funcionado como un INSTRUMENTO PERFECTO) han sido tónica dominante (perdón por el juego de palabras musicales) en cada una de las tres obras escuchadas. La Obertura "Carnaval" Op. 92 arrancó sin apenas saltar al podio, contagiando una alegría que está en la propia obra, descubriendo pasajes "escondidos" pero que el director saca a flote como él sabe y los músicos respondieron. El Scherzo caprichoso, Op. 66 demostró ser "más que una broma o juego"donde al maestro milanés se le notaba muy a gusto con la orquesta, y donde todos y cada uno de sus componentes obedecían sus indicaciones "sin nada que objetar", siguiendo todos sin pestañear esa "mano izquierda celibidachiana" del maestro Ceccato, dedo índice extendido y casi amenazante, marcando entradas protagónicas e incluso, por momentos, algo grotesco (en especial en la sinfonía), pero a fin de cuentas gesto claro y conciso que comentaba en la entrevista que mantuvo con Aurelio M. Seco (el día anterior al concierto y que LVA no siempre tiene disponible en su servidor, una pena) al decir que "la técnica debe ser tan clara y científica como la que creó Celibidache".
Y la segunda parte la Sinfonía nº 7 en Re menor, Op. 70 mostró a la mayor parte del auditorio un Dvorak algo más que el del "nuevo mundo" con esta maravilla compositiva que parecía dedicada no a la Filarmónica de Londres primigenia sino a nuestra OSPA, perfecta en plantilla para afrontar estos repertorios y con un maestro que "domina todo lo que trae entre manos" incluyendo todo el material con el que confiesa viajar y dirigir de memoria desde los ensayos. Sabe que a los maestros esto les impresiona, y a parte del público también.
Y mañana a escuchar Shostakovich y su Leningrado con Josep Vicent, hoy entrevistado por Pablo Gallego en LNE (ya descubrí que Diana Díaz está "ocupada con la lírica", y veo/leo que los problemas también llegan a las óperas infantiles) al frente de la Orquesta Sinfónica del CONSMUPA, donde el titular pone: "Los músicos tenemos que quitarnos el frac de una vez y empezar a ser normales". No pienso hacer comentarios (y eso que daban para mucho) sobre el entrecomillado del Sr. Vicent, en parte por no enrollarme como bien me critica mi amigo Octavio Núñez...
Los comentarios del concierto mañana al llegar a casa si no se hace muy tarde, o como mucho para el lunes... ya se sabe que incluso antes que en la prensa. Cosas de la blogosfera.
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