Kremer: pura pedagogía musical

Lo que pudimos disfrutar los asistentes a este show que lleva viajando por Europa más de un año es algo indescriptible, uniendo la jovialidad y el amor por la música de Kremer con el humor más que demostrado por Igudesman & Joo (algún vídeo ya puse en este blog) en su espectáculo "A Little Nightmare Music" ("Una pequeña pesadilla musical") del que toman algún número.
Cual montaña rusa fuimos pasando del humor al amor (¡qué bien suenan!) en todo un repaso a la historia de la música a través de la crítica feroz y la fina ironía: no escaparon de la quema los teléfonos móviles (celulares) cuyo "Gran Vals" sintonía de muchos sirvió para realizar versiones "al modo de..." y reírse de los politonos y el merchandising, incluso criticar la ignorancia por confundir Amati con Armani, es todo un puntazo. Las notas al programa comentan que viaja por el mundo con su amada modelo italiana Nicoló Amati nacida en 1641... en escena estuvo también Santo Serafino. El número del mando a distancia (le he puesto más abajo) realmente está genial y demostró la versatilidad y virtuosismo de los músicos que componen esta atípica (?) formación. Tampoco escaparon de la fina ironía los gestos y manías de los pianistas, el cómo "todo está inventado pero por descubrir" mezclando a Barry con Mozart, la "inspiración" (o copia) de muchos temas pop en los clásicos, y por supuesto dando caña a los actuales productores discográficos, siempre desde una impecable ejecución instrumental de todos estos artistas en un espectáculo levemente amplificado y con juegos de luces, algo que a más de un "carca" le sorprendió esperando encontrarse "otra cosa" (y marchándose en el descanso). Pero sobre todo lo que el propio Kremer deja claro: a menudo todos perdemos de vista el verdadero significado de la música: a inspiradora unión de los sentimientos y la razón, la expresión más íntima y profundamente emocional del alma, incluso preguntó qué esperábamos del concierto de hoy...
Es obvio que con el humor se llega a todas partes, y la lección musical desde esa óptica puede parecer extraña a oídos y mentes poco abiertas: lanza una mirada crítica y divertida a la música cláscia a través de una lupa. Viéndola tan cerca esperamos poder conseguir una saludable distancia de todas las formas del "empobrecimiento" comercial. Recordándome en muchísimos aspectos a los argentinos Les Luthiers, aunque más fiel a la música original y su interpretación digamos académica, y tomando como hilo conductor su propia autocrítica de la que emana el título del espectáculo con el cine dentro del mismo (qué grandes clásicos son ya Rota y Morricone), pudimos vivir algo realmente único, apenándome no haber podido traer a mi alumnado aunque fuese, como decíamos al salir otros compañeros, al ensayo. Y conste que trabajaron duro ayer y toda la mañana de hoy, estando realmente ilusionados en hacer esta representación en un Auditorio en el que ya estuvieron con otra "puesta en escena", como me contaba Cosme Marina, artífice de traernos esta joya que proseguirá gira por San Sebastián.
Simplemente agradecerles lo mucho que nos han hecho disfrutar, su Piazzola sigue siendo referencia, incluso disfrazado, sin olvidar un Adagio de la 10ª de Mahler realmente impagable, para finalizar igual que comenzaron, de lo más cinematográfico y homenajeando sutilmente (como todo el concierto) a Haydn con la puesta en escena del final de "Los Adioses" musicado y ambientado por Nino Rota. Uno a uno se fueron marchando (When the Saints...) quedando sólo e iluminado -en todos los sentidos- el gran Giddy Gonzales.
Como escribía nada más salir en mi teléfono, "Krememorable".
P.D.: Comentario de Joaquín Valdeón en LNE del sábado 17.
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